Adolescencia
Aquella llamada lo había dejado muy mal.
Ya no salía, ahora se quedaba mirando a la nada, acostado en aquella cama grande, pensando en lo miserable que podía llegar a ser una persona. Así todos los días, desde que despertaba hasta que su cuerpo no podía más y terminaba durmiendo.
De sus bonitos ojos ámbar se reflejaba toda la tristeza que nunca pudo decir a viva voz con las personas que se lo provocaron.Toda la habitación se había convertido en una tormenta invernal, dónde por más que trataba de calentar su corazón, no lo lograba.
Se repitió muchas veces palabras de aliento en la mente, ninguna lo hacía sentirse mejor, los pensamientos malos ganaban más terreno.Yuuji se la pasaba viendo el techo, imaginando situaciones diferentes de cómo le hubiera gustado que fuera su vida.
Suspiró otra vez, la tristeza no dejaba su cuerpo, los deseos de morir tampoco.
Su estómago suena, le exigía un poco de alimento, no recuerda cuánto ha pasado desde que probó bocado, intentaba comer, pero su estómago no podía sostener los alimentos, entonces se rindió, dejo de comer, tomaba un poco de agua y era todo lo que consumía en todo el día.Se cubrió de nuevo con la sabana, cerró los ojos, se sentía tan cansado, débil. Sus ganas de salir, desaparecieron, sus ganas de vivir se marcharon, la soledad lo estaba devorando de a poco.
Puso otra canción para matar el tiempo, las letras le traía recuerdos buenos y malos, las voces suaves lo hacían sentirse mejor.
También el rock lo hacia sentirse fuerte, de hecho no tenía un género específico, le gustaba todas las canciones de cualquier género.La lluvia comenzó a caer sobre el techo de madera, el peculiar sonido que hace lo tranquiliza. Desde que llego, ver la lluvia era su pasatiempo favorito junto con ver el mar de árboles.
Despacio se sentó en la cama, su cabeza le daba vueltas. Se movió despacio intentando salir de la cama, se sostuvo bien del borde y se levantó con mucho cuidado, a pasos lentos caminó directo a la ventana. Se sentó en la silla y miró las gotas caer sobre los árboles, casas y el suelo de tierra. Las nubes grises, el sol oculto, el viento moviendo todo a su paso.Sonrió un poco, le gustaba ver la vida, aunque ya no quería vivirla. Sus pensamientos se perdieron en la lejanía.
El frío llego a su cuerpo de nuevo, pero lo ignoró, no podía moverse para cubrirse o ya no intentaba cuidarse.
Si una maldición lo atacaba, seguramente lo mataría, estaba débil.A lo lejos observó a unas personas que conoció jugando con la lluvia, nunca les volvió a hablar desde que llegó.
Muchos lo visitaban para conocerlo, pero Yuuji solo fingía una sonrisa y hacía como si fuera una persona normal. Ser amable, cortes, reír de los chistes y decir las mismas oraciones de que vuelvan pronto. Como usaba ropa grande era fácil ocultar su cuerpo delgado y algunas cuantas lesiones.Volvió a mirar a las personas que sonreían felices, esperaba de corazón que puedan serlo por siempre. No quería imaginar a más personas en la misma situación que él, aún cuando sabe que muy posiblemente alguien también está pasándolo mal.
Dejo de mirar la lluvia y volvió a la cama, necesitaba dormir, no deseaba seguir pensando o sintiendo hambre.
La música se seguía reproduciendo, cubriendo el silencio.El niño se quedó dormido, abrazando la almohada. El frío de afuera lo hacia acurrucarse sobre si mismo.
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Flores Amarillas // SukuIta
FanfictionYuuji era dulce, tierno, amable, gentil, entre más cosas buenas. Un niño feliz y lleno de vida. Pero, la vida no es exactamente amable. Hay sucesos que marcan la vida y el alma de una persona. Todo por la maldad de otras personas. Y Yuuji tendrá...