Yuuji entrenaba en el patio principal. Golpeando con fuerza un objeto imaginario, necesitaba sacar todos los sentimientos que tenía, se sentía un poco molesto, no quería decirlo, pero lo estaba.
Aun recordaba aquella escena que le molestó, no debería, pero le inquietaba el corazón y su ceño se frunce más.
Recordar el beso de aquella maldición femenina con Sukuna le hizo molestar. Los vio en la habitación principal donde se reunía con todas las maldiciones que trabajaban para él. Y, justo uno de ellos le trajo a Sukuna muchas mujeres maldiciones, todas hermosas y de buen cuerpo.
Su mal humor aumentó cuando Sukuna las aceptó.Por eso estaba ahí afuera, en medio de la noche entrenando, sintiendo celos, a pesar de que no son nada. No eran ni pareja y ya sentía ganas de matarlo por besar una mujer/maldición.
Aprendió a cocinar cuerpos humanos por él (alguien ya traía la carne cortada), no quería ser una molestia viviendo sin hacer nada. Por supuesto con ayuda de Uraume, a quien le hablo por fin, pues, ya llevaba más de un mes ahí, tenía que hacer algo o moriría de aburrimiento.
Aún así, Sukuna aceptó a esas mujeres, ¿Podía ser más perro infiel? Definitivamente lo odiaba.Se sentó en el suelo cansado, ya no quería más entrenamiento. Se bañaría y se iría a dormir, no deseaba escuchar la fiesta que le organizaron a Sukuna, o eso planeaba. Uraume se apareció buscándolo con unas telas en su mano.
– Uraume, ¿Qué sucede? – se sorprendió Yuuji al ver al sirviente de Sukuna.
– Debes bañarte y ponerte esto – hablo con voz de mando.
Yuuji se apuntó a si mismo – ¿Yo? ¿Por qué?
Uraume lo tomó de la mano y lo arrastro adentro. Llevándolo hasta el baño, le ayudo a quitarse la ropa y lo metió dentro de una tina llena de agua con pétalos de rosas, que olían muy bien – Solamente has lo.
Lo ayudo a bañarse, le tallo todo el cuerpo mientras que Yuuji se dejaba como un gato adiestrado, al terminar salieron del baño, y Uraume le puso un kimono blanco con rosa muy elegante tradicional, sentó al menor en un banco.– ¿Por qué me vistes como novia? – Yuuji no entendía.
– Estabas molesto con la presencia de esas mujeres – Uraume delineo los ojos de Yuuji con un tinte negro y en el párpado un poco de polvo rosa, pinto sus labios de rojo cereza, peino el cabello y le puso un broche de flor de sakura, le colocó un poco de loción en el cuello.
– ¿Se me notó mucho? – Yuuji sentía sus mejillas arder.
– Sí – terminó de acomodar todo el atuendo – no entiendo tus sentimientos, pero supongo que debes querer a Sukuna–sama.
Yuuji no respondió, no era de los que creía que en poco tiempo se puede enamorar una persona de otra. Pero, no podía negar lo que comenzaba a sentir.
– Reclama lo – soltó el sirviente – vamos.
Con pena y vergüenza, Yuuji siguió a Uraume por los pasillos, la música se hacia más fuerte cuanto más se acercaban al lugar, las risas de las mujeres también. Con valor Yuuji se acercó a la puerta, respiró profundo y se alentó a sí mismo, se cubrió la cabeza. Uraume le miró recibiendo un consentimiento, y abrió la puerta de par en par.
Yuuji lo primero que vio fue a Sukuna aburrido, mirando fastidiado el baile, parecía que se quedaría dormido en cualquier momento. Al verlos notó su interés en su persona.– Sukuna –sama, le he traído a su consorte – el sirviente se agacho ante su amo primero y luego se hizo a un lado mostrando a Yuuji.
Yuuji caminó hasta quedar frente a Sukuna, que se veía asombrado por su atuendo. Se arrodilló a sus pies – Ryomen–sama – no levantó la cabeza al principio, pero lo pensó mejor y levantó el rostro para verlo. Sus ojos se conectaron, ámbar contra rubí, aún no olvidaba su molestia y lo miró enojado.
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Flores Amarillas // SukuIta
FanfictionYuuji era dulce, tierno, amable, gentil, entre más cosas buenas. Un niño feliz y lleno de vida. Pero, la vida no es exactamente amable. Hay sucesos que marcan la vida y el alma de una persona. Todo por la maldad de otras personas. Y Yuuji tendrá...