Capítulo 27

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Shoso se despierta, mirá la luz que entra por la ventana e intenta adivinar la hora que era.
Se levanta para acomodar todo, se arregla y sale de su habitación, con la intención de buscar a su hermano para ver si se encontraba bien, había pasado muchas cosas desde que todos los hechiceros atacaron la mansión de Sukuna y la muerte de Esou.

Lo busco en la cocina donde solía estar, no llevaba mucho con ellos, pero, por lo poco que vio, su hermano sigue amando cocinar.
Al llegar al lugar no encontró a su pequeño hermano, eso lo extraño.
Salió de la cocina y caminó por los pasillos poco vacíos por los sirvientes hasta el patio, ahí encontró a su hermano con un bonito Kimono rosa y blanco, en su cabello tenía varias flores de Sakura y en su cuello un collar plateado con un rubí en forma de dragón. Estaba alegre echando un puñado de flores blancas y amarillas sobre Sukuna, que estaba tratando de leer un libro.

Le hizo un poco de gracia ver interactuar a los dos, ambos tenían una actitud muy diferente y ahora verlos así era divertido. Sukuna tratando de no enojarse y Yuuji riéndose de la cara del rey de las maldiciones.

Se sentó en la entrada, esperando a que su hermano lo notará.

El lugar era tan diferente a lo que pensaba que escogería Sukuna para vivir, se imaginó un lugar desolado, melancólico y horrible, pero en cambio había montañas a lo lejos, un río cerca, un mar de árboles, animales salvajes por todas partes y el nuevo palacio tan grande donde vivían todos los sirvientes de Sukuna. El propio Sukuna, Yuuji y él.
Tampoco se imaginó que le comprará ropa de alta calidad a su hermano, esos kimonos eran hechos de la mejor seda y otras telas de alta calidad, los adornos hechos de metales y piedras preciosas y el maquillaje también fueron hechos por unas manos expertas.
Y ver a su hermano feliz, libre y animado es tan diferente a como era antes.

Realmente le emocionaba verlo así.

Shoso sonrió con ternura al sentir el cuerpo de su hermano caer sobre él y ver la tierna mirada de su pequeño hermano. Sus ojos brillaban como el oro líquido, su bonita sonrisa iluminaba su vida.

Ayudo a su hermano a levantarse y lo acompaño a la cocina para preparar el desayuno.

Shoso se sentó en un banco mientras su hermano hacía las cosas - ¿Yuuji, eres feliz ahora?

El pequeño miró a su hermano intrigado por la pregunta - Sí, bueno, quizás te imaginaste que me trata mal y me hace un montón de cosas malas. Pero, desde que estoy aquí, él no ha hecho nada para herirme. He aprendido varias cosas con sus libros y pergaminos, me he hecho más fuerte y...

Shoso vio las mejillas de su hermano ponerse rojas - Y...

- Y... Ya no pienso tanto sobre mamá y papá, no me he sentido mal desde que estoy aquí. Todo el tiempo tengo a Sukuna y Uraume conmigo, así que no me siento solo. Él sabe toda mi vida y no siento que deba ocultar le nada, tampoco me hace sentir mal por lo ocurrido, no me hace sentir que me tenga lastima.

Shoso vio a su hermano poniendo agua caliente para el té, Yuuji se esforzaba por hacerle la comida a Sukuna.

- ¿Lo amas? - lo sospechaba, pero necesitaba la confirmación de la boca de su hermano.

Yuuji se sonrojó totalmente - ¡Shoso! Yo, sí, lo amo - tapó con sus manos su rostro, estaba apenado - puede que sea loco, pero no puedo evitar sentir lo que siento por él. Es extraño, sé lo que hizo y hace, aún así le quiero de verdad. Él a pesar de ser una maldición, me ha tratado mejor que un ser humano. Aunque hay veces que lo molesto y hago cosas imprudentes, él me sigue escogiendo entre todos. Puede que no sea el chico más bonito...

Shoso se levantó de su lugar - ¡Yuuji es el chico más hermoso! - puso sus manos sobre la mesa, con una mirada de determinación.

Yuuji volvió a sonreír - Gracias, Shoso. No sé si recuerda cómo era amar, pero, por ahora me hace sentir amado y él dijo que, tendría a nuestros hijos, y yo quiero tenerlos con él.

En todo momento, Shoso vio que su hermano no dejaba de hacer el desayuno. Una vez listo, le dijo que tenía que irse y se marchó buscando a Sukuna.

Con eso zanjado. Se levantó para ir a entrenar, necesitaba ser fuerte si quería proteger a su hermano y sobrinos de los altos mandos.
Sabe que Sukuna no siente amor, pero tampoco dañará a Yuuji, debieron hacer un trato.

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Flores Amarillas // SukuItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora