Capítulo 9

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Adolescencia

La relación entre Gojo y Yuuji comenzó a crecer, ambos se llevaban muy bien, podían hablar por horas de un montón de cosas y tonterías. Se la pasaban haciendo muchas travesuras, algunas veces Nanami y Yaga debía regañarlos. Eran muy imprudentes a la hora de hacer misiones, siempre atacando primero e intentado salvar a la gente sin medir los riesgos de que puedan salir lastimados.
Pasaban muchas veces juntos fuera de la escuela, y los amigos de ellos se quejaban de broma, que ya los abandonaron.

— Deberías decirle que te gusta — habló Nobara.

El chico de pelo rosa se tapó las mejillas con sus manos totalmente avergonzado — No creo que le gusten los chicos — hizo una sonrisa triste.

La chica simplemente suspiró — Yuuji, ¿Cómo lo sabes si no le preguntaste? — sabía del enamoramiento de su amigo, desde antes de que él mismo lo supiera.

— Él siempre ha estado rodeado de chicas muy hermosas y nunca con un hombre — no quería tener esperanzas, no deseaba sufrir.

— ¿Eso significa que ya es totalmente heterosexual por eso? — lo miró.

— No... — bajo el volumen de su voz.

— Debes decirle lo que sientes — intento convencer la chica.

— ¿A quién debes confesarte? — preguntó Gojo, llegando en ese momento.

A su lado estaba Tsumiki y Megumi, viéndolos.

— ¡Oh! Yuuji está enamorado de un chico de tercero — habló Nobara, dejando a todos impactados. Yuuji sentía morirse ahí mismo. — Creó que Gojo–senpai, puede ayudar a Yuuji.

Sin esperar respuesta se levantó de las escaleras y agarró la mano de su amigo y amiga para llevárselos lejos para dejar que hablen a solas.

Yuuji se quedó callado, deseaba que en ese momento atacará una maldición para evitar la conversación.

— Así que te gusta alguien de tercero... — empezó la conversación Gojo.

Yuuji tragó saliva — Uhmm, sí, yo siento algo por esa persona.

— ¿Por qué no se lo dices?

Yuuji sentía su corazón latir tan fuerte.

— No, no tengo tanta confianza para decirle ese tipo de cosas, no a él — sentía que se iba a desmayar, sus nervios lo querían delatar.

— ¿Qué sientes por él? Puede que solo estés confundido — el mayor se sentó en el escalón, mirando el cielo tranquilo.

Yuuji se sintió un poco molesto con Gojo por poner en duda lo que sentía — Sé que es amor, lo siento en mi corazón. Ya me cuestione antes mis sentimientos y ahora con seguridad puedo decir que lo amo. Soy un niño ya lo sé, pero lo digo en verdad, él es la persona que más me gusta. Y aunque solo fuera una ilusión yo soy quién decide amarlo, yo soy tan feliz con él.

— ¿Si estás tan seguro por qué no me lo dijiste de frente? — Gojo sonrió, se quitó los lentes y miró de frente al menor.

Yuuji sintió de nuevo sus mejillas rojas y calientes — ¡¿Eh?! ¿Por qué piensas que me refiero a ti? — su voz perdió fuerza al ver los hermosos ojos azules como el cielo, eran maravillosos. Si antes le parecía guapo, ahora le parecía la perfección en persona.

— ¿Existe alguien mejor que yo? — su voz denotaba superioridad, su mirada alzada mostraba su conocido egocentrismo y narcisismo.

Yuuji miró con una sonrisa al mayor — Sí, Geto–senpai, es mejor.

El menor rio al ver la cara molesta de Gojo, no debía estar acostumbrado que le digan que hay alguien mejor que él.

— No le dices eso a la persona que te gusta — hizo un puchero.

— Senpai, Gojo–senpai, me gustas en verdad — sonrió Yuuji, por fin podía decir lo que sentía por el chico mayor — No recuerdo cuando comencé a quererte, pero estoy feliz de haberme enamorado de ti.

— Yo escuché que me amabas — Yuuji le miró mal — solo por ser tú, tomaré la responsabilidad de tus sentimientos — no le dió tiempo al menor de procesar las palabras y lo beso, dejando a Yuuji fuera de juego.

Los nueve amigos de los dos chicos, veían la escena escondidos con un cartel de "Si se pudo" "Ya dale un beso" "Ya anden por fa". Al parecer no tenían otra cosa que hacer y tal parece que no existían secretos en ese lugar, aunque ya todos lo intuía.

Al terminar el beso. Nobara, Megumi, Tsumiki, Inumaki, Maki, Panda, Yuta, Shoko, Geto, los interrumpieron para ir a festejar al karaoke.
El director Yaga y Nanami fueron dejados plantados por los estudiantes, que se marcharon antes de la hora de salida.

Bebieron, cantaron y bailaron, el ambiente era muy bueno. En ese tipo de lugar iban mucho los jóvenes y la música era tan fuerte que debían gritar para escucharse.

Yuuji recibió su segundo beso y todos aullaron como lobos por la nueva pareja.
Maki también fue besada por Yuta, ambos estaban más rojos que una manzana, ellos ya eran una pareja desde primer año.
La fiesta continuo, chocaban sus vasos de cerveza y comían las papas fritas, al dueño de aquel local no le importaba que fueran menores de edad, lo importante era que pagaran.

Todos estaban borrachos al poco tiempo y fue difícil para Megumi, Maki, Geto y Yuta llevarse al resto que estaban borrachos. Gojo y Yuuji los ayudaron hasta llegar al tren, de ahí, la nueva pareja se dirigió a la casa del menor.

Yuuji y Gojo iban platicando, más Yuuji, que estaba ebrio. Gojo no tomaba alcohol y le hacía gracia las tonterías que decía su menor. Le parecía adorable, su sonrojó sobre su piel morena, su pelo rosa como los cerezos, sus ojos ámbar brillantes como el oro derretido y su sonrisa esperanzadora, sin olvidar su cuerpo bien trabajado y cintura pequeña, esa actitud honesta, amable, soñadora, servicial, temerario, empático, loco, rebelde, fuerte. Era un niño único.

Cuando llegaron a la casa del menor, las luces estaban prendidas. Vio en la puerta parado a Shoso, ése era el hermano mayor de cuatro hermanos, los conocía, hace tiempo iba a la escuela de Magia de Tokio y algunas veces hacia misiones con él.  

Shoso se sorprendió al ver a Gojo, pero más al ver a su hermano ebrio y riendo de lo más contento.

— ¡Hola, Shoso–nii!~ — Yuuji saludo con la mano a su hermano.

— ¡Yuuji! — gritó el mayor al ver cómo casi se cae su hermano.

— Ten cuidado, cariño — Gojo atrapó a Yuuji, lo miró a los ojos y éstos brillaban más. Sin importarle mucho lo beso. Escucho el grito de su hermano tan fuerte, se separó y el menor le sonrió. — ¡Vengo a dejar a mi novio! — se dirigió a Shoso — nos vemos mañana — ahora a Yuuji. Y se marchó con una sonrisa divertida.

Shoso necesitaba una coca–cola y Yuuji necesitaba explicar muchas cosas.

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Beber en exceso es malo, tomen con moderación.

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Flores Amarillas // SukuItaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora