Capítulo 79

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Donghae estaba enfadado

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Donghae estaba enfadado.

Enfadado con el señor Bae por lo que le había hecho a Hyukjae.

Enfadado consigo mismo por no haberle roto la cara.

Enfadado con Haneul, aunque después de hablar con ella durante la cena no había tenido más remedio que perdonarla. No obstante, seguía castigada sin helado hasta que todo aquello se solucionara completamente, lo cual significaba que debía ser una buena niña y no dejarse manipular por sus abuelos si quería pasar el verano comiendo tarrinas de chocolate con su papi y su papá.

Además de todo esto, había algo que lo enfadaba más que nada. Una cosa que le molestó durante todo el fin de semana. Y sabía que parecía una tontería, pero para él era la gota que colmaba el vaso. Cuidar de su novio significaba algo más que limpiarle las heridas, untar pomada en sus hematomas e impedir que hiciera cualquier esfuerzo, también tenía que ver con hacerle un masaje mientras leía, preparar su comida favorita y ayudarlo a ducharse. Todo esto significaba escuchar su dulce voz dándole las gracias, tenerlo abrazado a la espalda mientras cocinaba y ver cómo era incapaz de mostrar las encías al sonreír mientras le llenaba el pelo de jabón, lo cual habría estado muy bien si hubiera podido besarlo al menos una vez en esos dos días. Pero ¿cómo iba a besarlo si apenas podía masticar sin quejarse de que le dolía la mandíbula? Un pico en la comisura o un roce en su mejilla no era lo mismo que un beso de verdad.

Resultaba tan frustrante.

—Relájate, Lee —la voz del comisario lo sacó de sus pensamientos—. Tu hija es inteligente. Después de lo que ha visto, dudo mucho que quiera pasar tiempo a solas con sus abuelos maternos.

—Debería no querer pasar tiempo con ellos en absoluto —resopló mientras apretaba los palillos—. Si los chicos no me hubieran frenado...

—No, no, no. Ni lo pienses. Por una pelea como esa me vería obligado a suspenderte de empleo y sueldo durante unos meses e incluso a rebajarte a poner multas cuando volvieras.

El hombre fingió un escalofrío, cosa que hizo que Donghae se sintiera un poco mejor. Le gustaba que el comisario no tuviera ningún problema en demostrar que disfrutaba teniéndolo como compañero, pues él también se lo pasaba bien. Eran buenos trabajando juntos y podían pasar horas charlando durante sus vigilancias en el coche. Como en aquel momento, mientras esperaban a varios metros de la casa en la que creían que vivía un estafador.

Esa mañana había dejado a Haneul y a Hyukjae dormidos en la cama de matrimonio; él boca arriba y ella estirada encima de su pecho. También llevaba desde la noche de su cumpleaños sin casi separarse del mayor, como si siendo mimosa con él se le fueran a curar las heridas mágicamente.

Después de eso, el comisario y él se habían montado en el coche antiguo y familiar que usaban como tapadera y se habían dirigido a la urbanización cargados con una caja de donuts y dos cafés enormes. Y a la hora de comer él había sacado los tuppers de su mochila y habían compartido parte del bibimbap que había hecho nada más levantarse. Últimamente cocinaba para una niña y tres hombres.

Stirring Up [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora