Capítulo 50

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Decir que no entendía nada sería quedarse corto

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Decir que no entendía nada sería quedarse corto.

Arrancó el coche mientras miraba de reojo a Hyukjae. Podría haberse puesto la gabardina, pero seguía llevando zapatillas, tejanos y una camiseta que parecía parte de sus pijamas de verano. Para ir al cine no estaba mal, pero ¿qué iba a hacer cuando llegaran al restaurante? Su extraño cambio de estilo destacaría demasiado y no podia pedirle que se cambiara porque sería sospechoso. Para un día en el que necesitaba que vistiera de forma sobria...

¿Qué diablos estaba pasando por la mente de su amigo especial? ¿Qué tenían que ver unas flores y esa ropa con quedar para tener sexo? Era frustrante. No se había pasado toda noche despierto y se había recorrido entero el centro comercial en busca de algo que regalarle para que el mismo que debía disfrutar de su sorpresa llegara a fastidiarlo todo.

Con lo fácil que había parecido todo en su cabeza:

Paso 1: dejar a Haneul con Donghwa, haciéndola prometer que guardaría el secreto.

Paso 2: comprarle un regalo, a poder ser algo que no fuera demasiado cursi. Quizás unos dulces.

Paso 3: vestir de forma elegante.

Paso 4: llevarlo al cine y dejar que Hyukjae eligiera la película de forma disimulada.

Paso 5: invitarlo a cenar en el restaurante en el que había reservado mesa la noche anterior, justo antes de hablar con él por teléfono.

Paso 6: acompañarlo a casa y besarlo.

Paso 7: irse a casa.

Paso 8: irse a casa. En serio. La cita perfecta de Hyukjae no incluía sexo.

Suspiró de forma sonora. Debía relajarse. Seguro que había alguna solución para todo eso. Después de todo, iba bien encaminado para cumplir todos los pasos. Ya podía tachar los tres primeros de la lista. Ahora solo debía llegar al cine, aparcar y fijarse en las expresiones del mayor para así adivinar qué película le hacía más ilusión ver. Seguro que una romántica o un musical. Le daba igual. Lo importante era que se lo pasara bien. Si no le gustaba lo que había en la pantalla, siempre podía quedarse mirándolo. Dejar su mente volar mientras repasaba cada línea de su atractivo perfil.

O no. No iba a hacer eso durante dos horas. Claro que no. ¿Y si se daba cuenta?

Qué vergüenza.

Mejor se centraba en enredar sus dedos entre las palomitas, que parecía mucho menos bochornoso.

Exacto. Iba a hacerlo todo igual excepto lo de la lluvia, ya que la previsión meteorológica le había dejado muy claro que esa noche iba a hacer buen tiempo. Por eso había reservado mesa a una hora bastante considerable para que les diera tiempo a ver la película y llegar sin prisas. El dichoso restaurante estaba en la otra punta de la ciudad, justo donde se hallaba el estadio de fútbol.

Stirring Up [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora