Capítulo 6

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Cerró la puerta a su espalda con un golpe de cadera y se dirigió al salón haciendo eses mientras Hyukjae lo seguía sin dejar de mascullar cosas sin sentido o de reírse sin razón

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Cerró la puerta a su espalda con un golpe de cadera y se dirigió al salón haciendo eses mientras Hyukjae lo seguía sin dejar de mascullar cosas sin sentido o de reírse sin razón. Estaba claro que no había sido buena idea beberse todas las botellas de soju durante el trayecto. No porque ya estuvieran ebrios, pues eso era lo que ambos querían, sino porque ¿qué iban a tomar ahora, la cerveza barata que guardaba en su nevera? No, Donghae quería soju.

Y, si no había soju, quería sexo.

Pero, como ya no iba a tener ninguno de los dos, se conformaba con morderse los labios y tragar saliva para recordar el sabor del primero.

Se quitó la cazadora, dejándola caer en cualquier parte. Le dio una profunda calada a su cigarrillo que, siendo sincero, no recordaba haber encendido, y se tiró en el sofá tan bruscamente que terminó sentado en el suelo. Apoyó la espalda a los pies del mueble muerto de risa.

—Hyuuuk-Jaaee —lo llamó, mirándolo de soslayo—. Siéntate aquí —palmeó la dura superficie a su izquierda—. Tenemos cosas muy serias de las que hablar.

Otra calada y soltó el humo mientras seguía riendo. Hyukjae ignoró su orden, petición o lo que fuera y se sentó en el sofá con las piernas cruzadas. Lo miró para reprocharle que estuviera ahí arriba, pero se quedó callado al ver que todavía tenía media botella de soju en las manos. Le palmeó el muslo con el dorso de la mano.

—Eresh un traidor —gruñó—. Primero me robas a mi mejor amigo y ahora mi bebida. ¿Qué será lo próximo? Imbécil.

Apoyó la sien en su rodilla. El mentolado sabor del tabaco mezclándose con los rescoldos del alcohol le hicieron sentir náuseas. Se las tragó y se frotó contra sus pantalones negros, ante lo cual Hyukjae empujó su cara para apartarlo.

—Yo no soy un imbécil, imbécil.

—¡No me llames imbécil, superimbécil! —tomó la última calada, se estiró sobre sus rodillas y le lanzó todo el humo— Qué aproveche.

La expresión asqueada del mayor le causó nuevamente la risa. Se burló mentalmente de cómo sacudía los brazos, igual que los parabrisas de su coche se meneaban para limpiar las gotas de lluvia. Dejó de mirarlo cuando dejó de haber humo y arrastró el culo por el suelo hasta llegar a la mesita de centro, donde se hallaba su cenicero naranja. Presionó la colilla contra la manchada superficie.

—No quiero hablar de nada contigo —oyó a su espalda. Hyukjae alargaba las palabras y su voz ronca por la ebriedad sonaba cada vez más y más apagada— No debería estar aquí. No debería sentarme en el sofá que compraste con ella y mucho menos emborracharme contigo. Me marcho.

Stirring Up [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora