—¿Te estás comiendo todas las verduras?—Sí, papi.
—¿Y te pones casco, rodilleras, coderas y guantes?
—Sí, papi.
—¿Y haces caso a la abuela cuando...
—¡Que sí, papi! ¿Estás malo? Me preguntas todo el rato lo mismo.
Acarició el hocico de Charmander con el pulgar. La niña tenía razón. Llevaba media hora al teléfono, quince minutos de los cuales no había hecho más que preguntarle tonterías para que no colgara. En momentos como esos quería abrazarla y centrarse solo en ella. No podía aguantar más las voces que provenían de la cocina.
Ilwoo estaba haciendo el desayuno. ¡Qué bien!
Y él estaba solo, tirado boca arriba en el sofá con su peluche.
—Estoy bien, osito. Ve a desayunar con la abu, ¿vale? Te quiero.
—¡Yo más!
En cuanto la pequeña colgó, dejó el móvil boca abajo sobre su abdomen y siguió meneando al Pokémon entre sus dedos. Sería mejor que lo guardara antes de que alguien apareciera por sorpresa. Se sentía ridículo, como un hombre de treinta y un años que juega con muñecos. Él, que había detenido a tantos delincuentes, que había salvado Seúl de una ola de robos que prometía alargarse todo el verano. Él, que todavía tenía los nudillos enrojecidos de hacer boxeo. Ahí estaba, apretando las patitas naranjas y sonriendo.
—¡El desayuno está listo! —chillaron desde la cocina.
—¡Voy! —gritó de vuelta.
Metió a Charmander en la maleta y corrió hasta la cocina. Todos estaban sentados en la mesa menos el cocinero. Odiaba admitir que olía genial. ¿Mejor que cuando él lo preparaba? No. Dudaba que estuviera tan bueno, por mucho que el mayor hubiera dicho que éste era un "aspirante a chef". Aspirante. Exacto.
Se sentó junto a Jongwoon y Heechul, justo frente a Hyukjae. Apoyó los codos en la mesa y lo miró, sorprendiéndose al notar que éste no solo le devolvía el gesto, también le sonreía. Debía de estar muy feliz. Seguro que habían pasado una noche increíble.
Desbloqueó su teléfono y se centró en el juego de intercambiar figuras de colores mientras esperaba.
—Hyung, por favor, ¿puedes apartar el móvil para que te sirva?
Se apartó por inercia al echarse hacia atrás, no porque ese idiota se lo pidiera. Sin embargo, éste creyó que le había hecho caso y le dio las gracias. Le dedicó una mirada hostil que lo hizo encogerse en su camiseta de Mamma Mia. Friki.
—Bu-bueno —continuó mientras se sentaba junto a Hyukjae—, espero que os guste el desayuno.
—Claro que sí. Todo lo que tú haces esta delicioso, Gaegul.
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Stirring Up [EunHae +18]
FanfictionDonghae tiene 31 años. También tiene un trabajo estable como policía y un anillo de matrimonio que ya no se pone. Le gusta encerrarse en la galería de tiro, darle palizas a los maniquíes de boxeo y fumar cigarrillos mentolados, aunque nunca hace nad...