Stirring Up [EunHae +18]

Capítulo 81

Después de pasar el fin de semana en el hospital, por fin llegó la mañana del lunes y pudieron volver a casa. Haneul estaba de maravilla, tan bien que apenas podía estarse quieta en la cama y se había pasado el domingo visitando a otros niños en sus habitaciones, jugando con las enfermeras y saltando sobre la espalda de Donghae para que jugara con ella.

Por su parte, Hyukjae seguía algo intranquilo porque los Bae no habían dicho nada antes de marcharse. Necesitaba saber qué significaba eso y qué iba a pasar ahora. ¿Pensaban volver y seguir con su plan malvado? ¿O se habían dado cuenta de que no conocían lo suficiente a Haneul como para cuidar de ella ni siquiera durante unas horas? Necesitaba averiguarlo para calmarse del todo.

No obstante, estaba contento. Su hija estaba sana y salva. Su novio había detenido al estafador que llevaba semanas investigando y no debía volver a la comisaría en toda la semana. Todos sus amigos, la madre de Donghae, Donghwa, Hana y Minah, e incluso Sena y Jinook con sus respectivos padres habían ido a visitarla. De alguna manera podía decir que el verano iba a mejor, aunque esperaba que solo fuera el principio.

Eran alrededor de las diez de la mañana cuando la pequeña terminó de cambiarse y se metió en el baño con Donghae para que éste le hiciera unas trenzas. Él se quedó fuera terminando de arreglar la mochila con sus cosas, como los regalos que no se habían llevado aún a casa, el libro de colorear que le había comprado para que se entretuviera o a Koda. Puso al osito encima de todo para no aplastarlo y sonrió para sí. En menos de una hora estarían en casa, fingiendo que no había pasado nada mientras veían una película, los tres abrazados en el sofá con el aire acondicionado a toda potencia.

—¿Dónde está Haneul?

Saltó en el sitio ante la repentina pregunta. Conocía esa voz masculina a la perfección, aunque era la primera vez que la escuchaba de forma tan entrecortada. Dio media vuelta con el ceño fruncido y boqueó mientras intentaba procesar que su padre estaba frente a él. Buscó a su madre, pero ella no había ido. Solo estaba él, con el traje desaliñado, casi como si hubiera subido corriendo.

—¿Papá?

—¿Dónde está Haneul? —insistió.

Confuso, Hyukjae señaló la puerta del baño.

—¿Qué haces aquí?

—Sora me lo ha contado.

—¿Así que hablas con Sora pero no contestas mis llamadas? —se cruzó de brazos.

Su padre se quedó callado y paralizado un instante, todavía recuperando el aliento. Tenía la expresión de quien había sido descubierto, lo cual le dejaba claro que, de no haber ocurrido nada con Haneul, habría estado mucho más de una semana sin saber de él. Resopló para romper el silencio.

—Mira, hijo... —empezó por fin. Pero el sonido de una puerta abriéndose lo interrumpió.

Los dos miraron inmediatamente hacia el baño. Donghae dejó de sonreír al ver la escena y le preguntó con la mirada qué estaba pasando. Él se encogió de hombros mientras la niña saltaba al ver su inesperada visita, sacudiendo las trenzas recién hechas en el aire.