Capítulo 55

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No había esperado nada diferente cuando le había pedido la foto y, aun así, era incapaz de apartar la mirada de la pantalla

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No había esperado nada diferente cuando le había pedido la foto y, aun así, era incapaz de apartar la mirada de la pantalla. Estaba tan guapo recién levantado. Con el pelo revuelto, la camisa metida a toda prisa bajo los pantalones, los párpados caídos y los labios hinchados. Si tan solo se hubiera dado cuenta de que le estaba pidiendo que fuese a despedirlo a la estación, podría haberlos besado una última vez antes de subir al autobús.

Pero ahora eso ya daba igual. Estaba en Daegu, en la comisaría, esperando a que comenzara su primera reunión sobre el caso. Durante las próximas semanas lo máximo que iba a conseguir de él eran fotos en el espejo del baño. Se había llevado su camiseta favorita y el vibrador, pero ni siquiera sabía si iba ser capaz de utilizarlos o estaría demasiado ocupado, así que no se hacía ilusiones. Prefería pensar en lo que conocía y esperar con ansias cada videollamada.

Prefería mantenerse centrado porque una distracción podría ser fatal y él no pensaba abandonar a su familia.

Solo tuvo que pasar un par de fotos en su galería para llegar a las que le le había sacado a Haneul la tarde anterior. La había llevado a cenar a una pizzería, habían comido helado y le había comprado un oso de peluche que era más grande que su cuerpecito cuando se había puesto a llorar porque Koda y ella no querían que se fuera. Después la había llevado a casa de Donghwa para que durmiera allí, pues no se fiaba de sí mismo. Si la veía llorar otra vez, si su pequeña le pedía una vez más que se quedara, lo iba a hacer, y ese trabajo era muy importante para él. Llevaba toda la vida esperando formar parte de un caso como ese.

Antes de darse cuenta habría acabado todo y estaría de vuelta en casa, con los pingüinos actuando extraño, Haneul pidiéndole helados, Donghwa hablándole de sus agotadores proyectos y Hyukjae contándole la trama de todos los libros que había leído desde su marcha. Esperaba que no le diera tiempo a leer muchos.

Acarició las trenza que él mismo le había hecho antes de salir y la escuchó reír en su cabeza mientras le veía luchar con un hilo de queso derretido. Normalmente no pasaban mucho tiempo juntos, pero un padre nunca iba a acostumbrarse a estar lejos de su osito. Sabía que podía pedirle a Donghwa que la llevara los fines de semana, pero no tenía un trabajo normal con un horario normal. Debía estar alerta 24/7 y eso significaba nada de visitas.

Si tenían tanta prisa que todavía no había visto su habitación de hotel. Ahí estaba, sentado en una silla de plástico, con la maleta entre las piernas y la mochila a los pies. Solo había tenido tiempo de desayunar y ponerse el uniforme nuevo, ya que ahora formaba parte de la unidad de drogas y crimen organizado de la policía de Daegu. Joder. Sonaba tan bien y estaba tan nervioso que casi agradecía que tuvieran prisa, porque no hubiera aguantado la espera por mucho más tiempo. Ni siquiera tenía sueño, y eso que apenas había dormido media hora en toda la noche.

El único problema que le veía a eso era el contenido de su maleta. Ir paseando por la ciudad y, aún peor, por la comisaría con un vibrador escondido entre su ropa interior resultaba un poco peligroso. Al menos estaba sin estrenar... ¿Al menos? Por desgracia, más bien. No sabía por qué había albergado la esperanza de que Hyukjae sucumbiera a la tentación y acabara embistiéndolo con el juguete. Sinceramente, todavía esperaba que lo hiciera en algún momento, pero ya no lo veía siendo su primera vez. Ahora lo veía avergonzándose y gritándole que se callara mientras le contaba con todo lujo de detalles cómo se había metido el vibrador imaginando que era su miembro.

Stirring Up [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora