Miró el reloj mientras detenía el coche frente a la puerta de la escuela. Nadie le había dicho lo contrario, así que iba a seguir recogiendo a Haneul en el despacho de su profesor hasta que su madre o Donghwa tuvieran tiempo libre. Esperaba que no tardaran mucho, porque su jefe se iba a cansar de que saliera antes en algún momento.Se pasó una mano por el pelo frente al espejo retrovisor. Así estaba mejor. Seguro que la pequeña se alegraba al ver que volvía tener el pelo rapado, aunque ir a la peluquería le hubiera obligado a llegar quince minutos más tarde de lo normal.
Saludó a la mujer de secretaría, que ya no se sorprendía al verlo, y anduvo lo más rápido que pudo hasta el despacho de Hyukjae. Llamó dos veces, esperó un "adelante" y empujó la puerta con una sonrisa. Al principio solo le sorprendió no oírla gritar. Luego frunció el ceño porque en esa habitación solo se encontraba el mayor, de pie, guardando papeles en su mochila.
—¿Qué haces aquí?
Pestañeó despacio, confuso. Sacó su móvil para mirar la hora, pero éste no se encendió. Maldición. Ya se le había vuelto a quedar sin batería.
—¿Donghae?
—¿Dónde... dónde está Haneul?
Se asomó detrás de la puerta. Miró debajo de la mesa. Se estiró tratando de ver mejor todo el despacho, por si se había escondido para darle un susto. Al no verla por ninguna parte, su corazón empezó a acelerarse exactamente igual que cuando la había perdido en el cine semanas atrás.
Hyukjae se colgó la mochila de los hombros sobre la camisa (no llevaba gabardina) y anduvo hacia la ventana para cerrarla mientras respondía tranquilamente:
—Ha venido tu hermano a por ella. ¿No lo sabías?
Meneó la cabeza sin decir nada. Seguro que Donghwa lo había llamado varias veces para avisarlo, pero él llevaba sin sacar el móvil del bolsillo desde que había salido de la comisaría. Tenía que empezar a cargarlo todas las noches o cualquier día pasaría algo realmente malo y no se enteraría.
Salió de sus pensamientos cuando la luz se apagó de repente. La silueta delgada del mayor apareció cerca de él y supuso que acababa de pulsar el interruptor junto a la puerta. Retrocedió para salir al pasillo.
—Al menos está bien —suspiró.
—Estaba contenta de ver a su tío —comentó Hyukjae mientras cerraba la puerta con llave—. Más que de verte a ti.
—Qué gracioso.
Resopló mientras el otro se reía. Lo vio echar a andar hacia la puerta y lo siguió porque ya no tenía ningún sentido que se quedara en la escuela. Al llegar fuera, Hyukjae se crujió la espalda. Parecía cansado. Tenía la mandíbula tensa, las gafas en la punta de la nariz, la camisa un poco abierta y arremangada de forma que podía ver las venas de sus antebrazos. Los pantalones ajustados se apretaban aún más en su entrepierna.
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Stirring Up [EunHae +18]
أدب الهواةDonghae tiene 31 años. También tiene un trabajo estable como policía y un anillo de matrimonio que ya no se pone. Le gusta encerrarse en la galería de tiro, darle palizas a los maniquíes de boxeo y fumar cigarrillos mentolados, aunque nunca hace nad...