Capítulo 36

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Escuchó los pasos de Kyuhyun acercarse mientras se secaba el sudor con el dobladillo de la camiseta

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Escuchó los pasos de Kyuhyun acercarse mientras se secaba el sudor con el dobladillo de la camiseta. Esperó a que llegara a estar lo suficientemente cerca como para verlo por el rabillo del ojo y le hizo una llave rápida y efectiva, lanzándolo por encima su su hombro hacia la colchoneta.

Esperó que se levantara, pero su amigo decidió quedarse ahí tirado en posición de estrella.

—Jo-Jongwoon... recuérdame por qué... estamos haciendo esto...

El aludido estaba sentado en una esquina, empapado en sudor, bebiendo agua y casi sin poder respirar.

—Porque es... nuestro amigo...

—Pues renuncio.

—No puedes... renunciar... Solo aguanta hasta que se... canse...

—Mhm... —lloriqueó— Pero es que Hae nunca se cansa.

—Ya casi es la hora de comer, Kyu...

—Tengo hambre y me duele todo. ¡Voy a morir!

Donghae se cruzó de brazos con diversión. Esos dos sabían que estaba delante. ¿Por qué hablaban como si no tuvieran ni idea? Vaya par de idiotas. Él no les había invitado a entrenar; ellos se habían ofrecido a ayudarlo para que no estuviera solo con el maniquí. ¿Para qué? ¿Para terminar hechos polvo después de unos cuantos derribos? Prefería entrenar con Hana, entonces. Ella al menos se levantaba después de caer.

Pero tampoco iba a decirles eso. Le gustaba que sus amigos le prestaran tanta atención. Desde aquel fin de semana en la cabaña no habían parado de llamarlo, mandarle mensajes, abrazarlo, besarlo, visitarlo, invitarlo a comer... No había sido problema para él alejarse de Hyukjae, pues, por alguna razón, parecía que sus amigos también se habían alejado de los del mayor.

Era extraño y le daba lastima, pero ¿cómo se suponía que iba a saber las razones de su lejanía si ni siquiera conocía las de su acercamiento? Éstos tampoco le habían preguntado por qué ya no nombraba a Hyukjae. La única persona que tenía interés en ese imbécil era Haneul, que seguía en Mokpo con su abuela. Afortunadamente. No hubiera querido que ella lo viera gruñir, gritar o dormir abrazado a un Charmander de peluche.

Todavía le costaba aceptarlo frente a su orgullo.

Tampoco lo hacía muy a menudo. A éste le molestaba que pensara en Hyukjae, que tuviera ganas de verlo o se masturbara pensando en él. Al principio no tanto como ahora. Hacía dos semanas que no se veían y ni siquiera había recibido un mensaje suyo para preguntar por la niña. Realmente parecía haber entendido lo que significaba que le devolviera la camiseta.

O eso, o es que le daba igual y estaba tan centrado en su enamorado como para acordarse de él. Con Haneul de viaje y otro hombre que saciara sus deseos sexuales, estaba claro que Hyukjae ya no tenía razones para verlo.

Y Donghae no iba a ir tras él.

Esta vez no.

—Id a comer si queréis. Yo me quedaré aquí un rato más.

Stirring Up [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora