Al despertar por la mañana descubro que Hassan ya no está en su cama, me coloco la bata de satén sobre el camisón y salgo a la estancia, él está en su computadora y tomando una taza de café que huele delicioso e inunda todo el lugar.
—Buenos días —saludo.
—Buenos días Nathalie.
Se levanta de la silla y me percato de que no lleva mas que un bóxer negro, desvío las vista de su cuerpo antes de empezar a imaginar cosas que no deben ser.
Es raro sentir una pequeña atracción por este hombre, hasta la fecha los únicos por los que me había sentido atraída son ese par de árabes miserables, pero ahora el turco me produce ciertas alteraciones que ya había olvidado que podía sentir.
—¿Podrías vestirte Hassan?
—No estoy desnudo —objeta y yo enarco una ceja— Pero ya me voy a bañar, hay café recién hecho y no debe de tardar el servicio a la habitación con el desayuno.
Se va al dormitorio caminando con calma, de reojo miro su trasero, sacudo la cabeza aclarándome las ideas y tomo el móvil para llamar a Domm, anoche con todo lo que pasó se me olvidó hacerlo. Busco su nombre entre los contactos, él contesta inmediatamente.
—Nathy, estaba comenzando a preocuparme de que no llamabas.
—Lo siento Domm, fue una llegada movida, salí a conocer un poco la ciudad.
—¿Te acompañó el guardaespaldas?
—Si, no te preocupes ya me estoy adaptando a él, aunque me sorprendió que le pidieras que durmiera en la misma habitación que yo.
—Nathy, no me sentiré tranquilo si no tengo la certeza de que alguien te cuida las veinticuatro horas, que estés en Escocia es peligroso.
—No te preocupes, ayer pude corroborar las aptitudes de Hassan, creo que hará un buen trabajo.
—¿Qué harás hoy?
—Voy a comer con Marek, ayer hablé con él y quedamos a las 2:00 en el Castle.
—Que el guardia no se te despegue ni un segundo.
—Descuida, anoche le aclaré el motivo de mi estancia en Escocia y la ida a Dubái y le hice entender que debe protegerme bien.
—¿Crees que él solo podrá? Si quieres solicito otro en la agencia, dos es mejor que uno.
—No exageres Domm, con uno es suficiente. ¿Cómo están las mellizas?
—Bien aunque amanecieron un poco inquietas, creo que notaron tu ausencia y te extrañan.
—Dales un beso de mi parte —de pronto alguien toca a la puerta— Llegó el servicio a la habitación con el desayuno, debo colgar, un beso para ti también Domm.
—Y yo te mando uno muy grande Nathy, cuídate.
Termino la llamada y aviento el móvil al sofá, abro la puerta de la suite y una chica con una mesita metálica con ruedas entra con el desayuno, el sonido de las llantas sumerge mi mente en el recuerdo de él, llevando la mesa metálica donde colocaba sus instrumentos de tortura y de la vez que me cogió sobre de ella frente a Max. El corazón me da un vuelco y me obligo a regresar al presente, recordarlos siempre es doloroso y no hace sino lastimarme más.
La mucama se retira y me acerco a ver que pidió el turco de desayuno, hay platos con salchichas y huevos, tostadas, pastel de patatas y tocino, alubias, tomates y champiñones fritos, huele bastante bien. Acomodo los platos en el comedor, apenas caigo en la cuenta de que no he comido nada desde ayer en la mañana y las tripas ya me rugen de hambre.
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TINIEBLAS
RomanceTrilogía Oscuridad. Tomo 2. (Carrusel) ¿Qué es lo peor que te puede pasar en la vida? ¿Enamorarte de alguien peligroso con un oscuro secreto que seguro te destrozará o encontrarte a ti misma entre las tinieblas? Un monstruo solo puede crear a otro m...