Capítulo 39. Tormenta

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Despierto sobresaltada, el corazón latiendo a mil y mi cuerpo empapado de sudor, no recuerdo lo que soñé solo siento la angustia oprimiendo mi pecho.

Estiro mis brazos a los lados al no sentir esas fuentes de calor envolviéndome, la cama está vacía y fría, es una sensación desagradable el no encontrar los cuerpos de mis árabes a mi lado.

Me siento en la cama, aún está oscuro y me aclaro la vista para poder ponerme de pie.

Me coloco la bata y en ese momento entran ellos, los dos vestidos exactamente igual, mismo peinado, oliendo deliciosamente rico y fresco, aunque ya percibo el olor a cigarrillo. No me desagrada, todo lo contrario,  pero si me preocupa un poco que tan temprano ya estén fumando, ni siquiera han desayunado.

El primero en llegar a mi es Ömi, aunque luce hermoso e imponente como siempre puedo ver la preocupación en su rostro por lo que pueda pasar.

—Tranquilo —murmuro abrazándolo fuerte—. Todo va a estar bien, tú puedes arreglarlo. —Acaricio su espalda despacio, está muy tenso.

—Lo intentaré. —Inhala profundamente con el rostro en mi cuello—. Me vas hacer mucha falta.

—Debes ducharte ya Abtikari —interrumpe Amún el intercambio de caricias—. Tenemos el tiempo exacto para llegar al aeropuerto.

No me puedo permitir retrasos así que doy un beso suave a los labios de mi árabe frío y me dirijo al baño. Me ducho rápido, no pongo demasiado empeño en mi arreglo, es un viaje de ocho horas.

Jeans y una blusa de manga larga ligera, en Dubái el clima es cálido pero en Londres hace frío, tomaré un abrigo de mi maleta antes de abordar.

Trenzo mi cabello de manera despreocupadq y coloco un poco de maquillaje, me veo más joven cuando no uso los vestidos elegantes, los tacones y el maquillaje de siempre.

Me reúno con ellos en el comedor, solo tomamos café, es muy temprano y creo que todos tenemos falta de apetito, ellos por los problemas que tienen encima y yo por los nervios, que todos estemos en Londres al mismo tiempo no deja de inquietarme.

Aunque en mis planes está viajar está misma noche a Edimburgo junto con Hassan, Sugar y mi padre no dejo de sentir esa ansiedad por tener tan cerca a Domm y las mellizas.

—Mantenme informado todo lo referente a la negociación con William Armstrong —pide Ömar en tono imperativo.

—Tendré todo bajo control, sé lo importante que es este contrato —refuta Amún, se ve tan tenso como su hermano, no creía que a él le preocupara tanto lo de la empresa pero veo que si. —Tú preocúpate por controlar a tu prometida.

—Ella ya no es su prometida. —Suelto sin poder contenerme, odio el término prometida ligado a Nahid.

Amún me mira con una ceja enarcada visiblemente molesto por mi ataque de celos involuntario, Ömar por el contrato trata de disimular una sonrisa de satisfacción.

—Pienso que ahora más que nunca debes tenerla contenta hermano —declara con la vista fija en mi—, fóllatela, dile que la amas, cásate con ella hoy mismo, lo que sea necesario para tranquilizarla.

¿Qué?

—¿Estás hablando en serio Amún? —escupo con furia—. ¿Quieres que tu hermano se case solo para mantener el secreto?

—Siempre hemos hecho lo necesario para mantener nuestra integridad —sisea en voz baja.

—Como asesinar a los que lo sabían —rebato cabreada—. ¿Por qué casarse cuando pueden quitarla de en medio?

TINIEBLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora