Capítulo 24. Acaríciame

21.5K 2.2K 2.9K
                                    

—¿Dónde vas a hospedarte?

—Creo que de nuevo en el Balmoral, no es que conozca mucho de Edimburgo.

—Debo viajar a Londres esta misma noche, sólo vine a cerrar un negocio ¿Quieres venir conmigo?

—Me encantaría Ömi pero tengo asuntos que arreglar aquí, debo ver a Kala y Alek.

—Te voy a extrañar damiya —me da un beso tierno en los labios— ¿Regresarás conmigo a Dubái?

—¿Cuándo?

—Estaré cuatro días en Londres y regreso por tí.

—Bien, esperaré ansiosa que vuelvas —lo abrazo y dejo que me bese a su antojo.

—Te quiero —susurra y respiro profundo cerrando mi corazón a esas palabras.

—Te amo, piensa en mi.

—Siempre pienso en ti —me da otro beso que es interrumpido por un carraspeo de Hassan.

—Ya está listo el automóvil señora O'Connor.

—Algún día tendré el gusto de arrancarte la cabeza —gruñe Ömar en dirección al turco.

—No si yo te vuelo los sesos primero —dirige la mano al arma en su cinturón y me interpongo una vez mas.

—Basta, no empiecen de nuevo con el pleito de machos marcando territorio. Me voy Ömar.

—Te veo a mi regreso damiya —vuelve a atraparme entre sus brazos y me besa como si quisiera comerme y sé que lo hace porque Hassan está mirándonos.

Me deja de nuevo en el piso y lo veo subirse al lujoso automóvil negro en el que lo espera Yves. Camino con Hassan a la camioneta que alquiló, exactamente igual a la anterior que estuvimos aquí, el frío de Edimburgo me gusta más que el calor de Dubái, quizá porque estoy acostumbrada. Nos dirigimos rápido al hotel, ya es de noche y necesito poner en marcha inmediatamente lo que tengo planeado para esta visita.

—Hola papi —lo saludo en cuanto toma la llamada— Ya estoy en Edimburgo.

—Mi niña ¿Por qué no me avisaste antes para ir por ti ?

—Vine con Ömar en su avión, estoy en el mismo hotel y muero por verte. ¿Vienes?

—Por supuesto mi niña yo también estoy ansioso por verte, ya mismo salgo para allá.

—Excelente, te espero papi.

En esta ocasión pedí una suite con dos habitaciones, no es que quiera que mi turco duerma en otra, pero necesito privacidad cuando Marek esté de visita. Deshago la maleta rápidamente y le doy las instrucciones a Hassan de lo que tiene que hacer en cuanto anuncien la llegada de mi padre, asiente no muy convencido pero ni modo, es lo que toca. Me desvisto y me voy a la tina, aunque dormí todo el vuelo de regreso aún me siento un poco cansada.

—Llegó Marek —anuncia Hassan de pie en el marco de la puerta del baño de mi habitación.

—Ya sabes lo que tienes que hacer —aprieta los labios y se va en busca de mi padre.

Minutos después los escucho entrar en la estancia principal, respiro profundo preparándome para lo que se viene y me pongo de pie para salir de la tina. Tomo la toalla y regreso a mi habitación envolviéndome en ella y justo como le pedí a Hassan que hiciera, me encuentro a Marek de pie a un lado de la cama, finjo una expresión de sorpresa y dejo caer la toalla por la impresión.

—¡Nathy! —exclama con ojos saltones.

—¡Papi! —exclamo con la misma expresión y me agacho rápido a recoger la toalla y envolverme en ella— Hassan no me dijo que ya habías llegado.

TINIEBLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora