Capítulo 8. Cita

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Regresamos al hotel cerca de las cinco de la tarde, estoy física y emocionalmente cansada, todas las emociones del día me están pasando factura. Duermo un rato para recuperar energías, tengo una cita con el turco y no quiero ir arrastrándome como alma en pena.

Recibo una llamada de Domm cuando me estoy arreglando, siento un poco de remordimiento de saber que él está en Londres esperando mi regreso y yo aquí preparándome para ir a una cita con Hassan.

Sin embargo aparto ese pensamiento de mi cabeza, yo merezco tener una vida normal, como cualquier mujer de mi edad que saldría con chicos, toda mi vida he tenido que hacer lo que otros me ordenan, siempre he tenido que complacer a los demás y nunca nadie se ha preocupado por complacerme a mi, quizá Domm un poco al permitirme hacer este viaje, después de todo si no fuera por su ayuda y dinero no estaría aquí, pero aún así no me siento obligada con él.

—Hoy fui a Saint Marie —le informo después de unos minutos de pláticas superfluas.

—¿Cómo te sientes?

—Bien, pude liberarme un poco del peso que llevo... Vi a Cinna y...

—No me lo digas —me corta— No quiero saberlo, solo haz lo que tengas que hacer y regresa libre de tus tormentos.

—Saldré a dar un vuelta, Edimburgo es un lugar bonito y no te preocupes Hassan me acompaña.

—Te estás llevando muy bien con él —comenta un tanto receloso.

—Es buena compañía, casi no habla y hace bien su trabajo, no se me puede acercar ni una mosca.

—Me da gusto saber que te cuida bien, pero no me agrada que se acerque tanto a ti.

—¿Me estás haciendo un reclamo de celos Domm?

—Lo siento no pude evitarlo.

—Vine con un objetivo en la mente y no pienso distraerme, pero tampoco quiero quedarme encerrada todo el tiempo rumiando el odio que tengo.

—Lo entiendo, me parece bien que salgas un rato, cuando regreses podremos hacerlo juntos.

—¿Como están las niñas? —cambio de tema, no quiero pensar en volver, me siento bien alejada, relativamente, de lo que representa mi pasado.

—Hermosas, Ava gateó hoy por primera vez —declara con emoción.

—¿De verdad? ¡Me lo perdí! —me lamento, extraño mucho a las pequeñas.

—La próxima vez lo grabaré para enviártelo.

—Gracias Domm, dales besos de mi parte.

—Vuelve pronto Nathy, te extrañamos.

*****

—¿A donde vamos? —pregunto con interés mientras Hassan pone el vehículo en movimiento.

—A un pub, tomaremos algunas cervezas.

—¿Cervezas?

—¿No las conoces?

—No —confieso.

—Te gustará, tendrás otra primera vez conmigo.

El sitio es interesante, hay una barra donde dos tipos entregan bebidas , varias mesas redondas y pequeñas, no hay mucha gente y lo agradezco, no me gustan las multitudes, de alguna parte del lugar sale una música estrafalaria y unas cuantas parejas bailan en la pequeña pista de baile. La mayoría son gente joven y me agrada saber que estoy haciendo algo normal, algo que hacen las personas de mi edad.

Hassan le hace una seña a un hombre que inmediatamente nos trae dos bebidas en tarros de vidrio y las deja sobre la mesa, el turco levanta uno y yo lo imito, choca su bebida con la mía, dice salud y se la lleva a los labios. El líquido es amargo y no sé si me gusta o no sin embargo vuelvo a darle otro trago ante la mirada divertida del hombre frente a mi.

TINIEBLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora