TINIEBLAS

Capítulo 43. Lo que oculta

Ömar

Cómo si no fuera suficiente con todo el escándalo que se generó por los videos donde queda en evidencia la existencia de mi hermano ahora tengo ante mis ojos un nuevo problema. El video de Nahid y yo teniendo relaciones ha armado un revuelo en todo Dubái, pero lo peor son los miles de especulaciones y comentarios que se han hecho referente a este insinuando que ella seguramente también tuvo relaciones con los dos. 

No es sólo el hecho de manchar su reputación, está siendo denigrada he insultada por algo que no es cierto. Cierro el portátil de golpe y me paso la mano por el cabello, no sé en que momento mi vida se salió de control, lo que tantos años he protegido del mundo ahora es expuesto por alguien de quien no sé nada, ni su nombre y menos los motivos para hacer esto.

Tengo a todo mi equipo de informática a averiguando la procedencia de esos videos, repaso una y otra vez en mi mente las pocas personas que saben de la existencia de mi hermano, a parte de los empleados de la casa y el equipo de seguridad solo Yves, Sara, Nath y Ferdinand. 

Al personal puedo descartarlo de inicio. En mi abogado puedo confiar, sé que el no me traicionaría, no le conviene porque también se ve envuelto en este desastre, me ha asesorado en todos los negocios que hemos hecho en los cuales mi hermano ha ocupado mi lugar, si nosotros caemos, Yves cae también.

Sara no es capaz de hacerlo, tampoco tiene los medios, incluso se ha comunicado conmigo para saber cómo estoy y como ha reaccionado Amún a todo esto.

A Nath no puedo ni siquiera considerarla, es la mujer que amo y ella me ama a mí. Además hay que reconocer que ella no tiene casi idea del mundo, apenas hace poco más de un año dejó de ser una esclava. 

Por último me queda Ferdinand, el alemán que se ha encargado de tatuarnos a mi hermano y a mí. Hace meses que no lo vemos y no creo que gane nada haciendo esto. ¿Qué beneficio podría obtener de exponernos? 

Gana más con lo que le pago para mantenerlo en silencio cada vez que mi hermano se encapricha con hacerse un tatuaje nuevo. De nuevo estoy en blanco, por más que me devano los sesos no logro hallar una respuesta congruente a todo lo que está pasando.

Unos gritos y gruñidos amortiguados me sacan de mis cavilaciones, me levanto del sillón giratorio y salgo de la oficina a toda prisa en busca del origen de todo ese ruido. En el recibidor veo a Frederika luchar con mi hermano para separarlo de alguien a quien no le veo el rostro porque el cuerpo de Amún me lo impide, pero por la ropa percibo que es una mujer.

Corro hacia ellos y me asombro de descubrir a Nahid, mi hermano rodea su cuello con ambas manos aunque con una sola podría asfixiarla. Lucho con él también para que la suelte, aunque no aprieta su cuello con verdadera fuerza si continúa  sujetándola de esta manera si podría hacerle daño real.

—Shaqiq suéltala. —Hago lo mismo que hice cuando agarro así a Nath, entierro los dedos detrás del hueso de la clavícula con fuerza y eso lo hace retroceder.

Nahid tose y talla su cuello, Frederika la sostiene para que no caiga, quisiera ayudarla pero me mantengo entre mi hermano y ella para impedir que se le vuelva acercar. Él resopla furioso y la mira de una forma que si pudiera asesinarla con la mirada ya lo habría hecho. 

—¿Defiendes a esta después de lo que nos hizo? —gruñe apretando los puños.

—¿Lo que yo hice? —dice Nahid con esfuerzo aún tocándose el cuello—. Ustedes destrozaron mi vida ¿Cómo pudiste hacerme esto Ömar? —Nos mira a uno y a otro, no sabe a quien de los dos dirigirse—. ¿Quién es Ömar?

—Yo. —Giro para quedar frente a ella pero de reojo sigo cuidando que mi hermano no se acerque.

—¿No fue suficiente con la vergüenza que me hiciste pasar con ese video horrible, ahora haces esto? —Saca su teléfono y reproduce el video de nosotros en su penthouse de Jumeirah—. ¿Por qué? ¿Qué hice mal?