Ömar
—¿De quién fue el plan? —mis brazos se tensan al rededor de su cuerpo, levanta el rostro y me mira a los ojos— Dime la verdad ¿Quién planeó engañarme de esa manera?
—Nathalie... eso no tiene caso —intento desviar la vista pero sostiene mi mentón y me obliga a mirarla.
—Si quieres que confíe en ti otra vez dímelo —ruedo los ojos y exhalo pesadamente.
—De mi hermano —confieso y puedo ver en sus ojos reflejado el dolor.
La estrecho de nuevo a mi, tenerla entre mis brazos otra vez me hace sentir tan bien. Me juré a mi mismo ya no pensarla mas, me obligué a sacarla de mi cabeza, seguir con mi vida como la tenía planeada, pero anoche al verla todo se removió en mi interior.
Se veía tan hermosa y sensual, a la vez frágil, está tan delgada que sentí la necesidad de protegerla de todo, incluso del aire, me recordó el última día que la vi, destrozada y herida, ahora que la tengo en mis brazos de nuevo y sé que no me odia no quiero que nada la vuelva a dañar, ni siquiera mi hermano, no lo permitiré.
—Entiende que él lo pasó muy mal cuando nuestra madre murió, a partir de ahí se desató su bipolaridad.
—¿Bipolaridad? ¿Qué es eso? —tomo aire y me preparo para terminar de explicarle la verdad.
—Es un trastorno que provoca altibajos emocionales, tiene varios signos pero el mas marcado en mi hermano es la irritabilidad, si no toma los medicamentos no duerme mucho, a veces se deprime, sus estados de hipomanía duran días, incluso semanas, porque es difícil hacerlo llevar el tratamiento, después por un tiempo logramos controlarlo pero vuelve a caer.
—En mi mente lo llamaba árabe demente a manera de juego, pero veo que no estaba alejada de la realidad, él de verdad tiene problemas mentales.
—Si los tiene pero no como los imaginas, Amún no está demente. En su primer episodio a los trece años fue cuando comenzó a pensar en vengarse, pero era movido por su misma inestabilidad emocional, le pedía a mi padre que te encontrara, al principio mi padre se negó pero fue tanta la insistencia de mi hermano y la irritabilidad que le provocaba que no atendiera sus peticiones que empezó a escribirle a Marek para que le dijera donde estabas, cosa que nunca sucedió. A mi padre le tocó investigar por su cuenta y le llevó mucho tiempo encontrarte.
—No fue mucho tiempo si lo ves desde mi perspectiva.
—Lo sé —dejo un beso en su frente y continuo cepillando su cabello— Por el mismo trastorno a veces tenía agitación y exceso de energía, el psicólogo le recomendó hacer ejercicio para liberar eso, él era como un volcán a punto de hacer erupción todo el tiempo, él y yo hacíamos todo juntos así que también empecé a ejercitarme, yo terminaba exhausto pero él apenas y quemaba un poco de todo eso que llevaba por dentro, a mi padre se le ocurrió que quizá saliendo de casa lograba calmarse y así fue como empezó a hacerse pasar por mi aunque sólo lo hacía de noche, el ejercicio, la música, los juegos que nos teníamos, salir algunas veces y los medicamentos lo mantuvieron tranquilo, durante unos años él parecía haber mejorado pero entonces pasó lo que nunca creímos que sucedería, te encontramos.
—Y entonces volví a echar a perder su vida —dice con sarcasmo.
—Si y no. Amún no quería que fueras a Saint Marie, quería vengarse de otra forma ya sabes lo que le gusta, el de esa idea fue mi padre, que vivieras todo lo que a mi madre le tocó vivir en manos de Kala y Marek.
—¿Tu padre? Si él mismo mandó a Marie al burdel, él es culpable de todo lo que pasó —gruñe ofendida y tiene razón en lo que dice.
—En ese entonces nosotros no lo veíamos así. Tengo que confesarte algo, nosotros te conocimos antes de que mi padre te llevara con Kala, estabas sedada y dormiste todo el tiempo pero no pudimos evitar contemplar atónitos a la pequeña joven rubia y de piel lechosa, incluso levanté tu párpado para ver tus ojos —sonrío con el recuerdo de ella dormida en el asiento trasero del auto de mi padre— Mi hermano le pidió a papá llevarte a casa, podías estar entre el servicio como Marceline pero mi padre se negó, creo que desde ese momento él supo que tu serías nuestra perdición. Aunque ya teníamos veinticuatro años ninguno se atrevía a contradecir a mi padre, menos mi hermano, Amún siempre le tuvo miedo, hasta el día que murió. Él te dejó en Saint Marie y no supimos nada de ti en años.
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TINIEBLAS
RomanceTrilogía Oscuridad. Tomo 2. (Carrusel) ¿Qué es lo peor que te puede pasar en la vida? ¿Enamorarte de alguien peligroso con un oscuro secreto que seguro te destrozará o encontrarte a ti misma entre las tinieblas? Un monstruo solo puede crear a otro m...