Capítulo 30. Tres

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Amún me levanta por las piernas y me sienta sobre una de las mesas metálicas, esta no tiene ruedas por lo que es mas estable, el frío del metal me hace respingar pero la temperatura de mi cuerpo que ha subido varios grados en el último minuto logra calentar la superficie. Mis manos se apresuran a desvestirlos a  los dos al mismo tiempo mientras continúan llenado mi cuerpo de besos, he deseado tanto este momento que no quiero perder ni un segundo, los quiero desnudos para disfrutar de esos ardientes cuerpos perfectos.

Míos los dos.

Cinna nos mira fijamente con los ojos desorbitados, por el momento no llora solo contempla estupefacta la escena, si yo fuera ella tendría la misma expresión, ver a estos dos magníficos hombres sin ropa es como una pervertida fantasía erótica, verlos follar es fantástico pero lo es aun mas estar en medio de ellos y ser el objeto de sus atenciones, esto es algo que esa perra nunca conseguiría en su vida, ni conseguirá porque prácticamente ella ya está muerta. Le dedico una mirada de superioridad y regreso mis labios a los de esos hombres.

—Voy hacer esto para complacerte—Amún toma mi mentón con firmeza y me mira con esa expresión atemorizante— Pero no olvides que eres mía.

—No digas nada —lo beso— Solo quiero olvidar todo lo que pasó y volver al último día que fui feliz en esta casa.

Me recuesto sobre la mesa, es pequeña y mi cabeza cuelga por el borde posterior, Ömar se coloca entre mis piernas besando mi abdomen y las cicatrices, desciende hasta llegar a mi sexo y lo lame despacio, recorriendo hasta el último milímetro de piel mientras que Amún se acerca a mi rostro, su pene erecto me roza los labios, alargo la lengua para deslizarla por el glande y abro la boca para que se introduzca en ella, lo hace hasta el fondo pero no agresivo, se inclina y chupetea mis pezones mientras continua empujando la cadera contra mi.

Las manos de Ömar masajean mis muslos, las de Amún mis senos, sus lenguas húmedas y tibias se encargan de porporcionarme un placer indescriptible junto con las mordidas que el demente da a mis tetas. Sus dientes aprisionan mis pezones sin clemencia para después lamerlos haciendo que el dolor se expanda como un cosquilleo a mi cuerpo, electrificándolo y llenándome de deseo y necesidad.

Maldito árabe que sabe como dominar mi cuerpo.

Sus testículos golpetean rítmicamente mi nariz, llevo mis manos a su cadera para apretujar sus glúteos firmes y empujarlo mas contra mi boca. Mis piernas comienzan a temblar por lo que se avecina, Ömar succiona mi clítoris y me arqueo con el cuerpo rígido y lleno de sensaciones, Amún sale de mi boca y me levanta para besarme con su rudeza y posesividad que tanto me gusta, mi cuello duele un poco por soportar sus embestidas, al menos no fueron como las habituales.

Alkhasu bi —el murmullo de su voz ronca me hace jadear.

Me coloco boca abajo sobre la mesa con las rodillas sobre la superficie levantando mi trasero al aire y exponiéndolo a mi loco mientras mis manos van directamente a tocar el pene de Ömar, lo acerco a mis labios para darle besos y recorrer toda su longitud con la lengua. Amún azota mi trasero un par de veces para después estrujar mis nalgas con fuerza, las separa y sus dedos juguetean con ambos orificios provocándome, poniéndome al límite de nuevo, deseando tenerlos dentro de una vez.

Su lengua se abre camino entre mis glúteos lamiendo de una manera tan sublime que me acelera por completo la respiración y peor aun cuando introduce tres dedos en mi vagina y comienza a masturbarme con esa agresividad y dureza característica de él. Ömar coloca las manos en mi cabeza y balancea la pelvis cadenciosamente pero llegando a lo profundo de mi garganta, no sé que clase de fijación tengo con la verga de estos hombres pero me encanta tenerlas en la boca... o en cualquier otro lado siempre y cuando estén dentro de mi.

TINIEBLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora