Llegaron a la tienda de comestibles más grande de la ciudad tal vez. Armando después de ayudar a bajar a Betty, se quitó el saco y la corbata para dejarlas dentro del auto y se desabrochó un par de botones de la camisa para sentirse más cómodo, aún sentía algo de calor que nada tenía que ver con falta de aire acondicionado en el auto. Se pasó la mano por el cabello y se dobló las mangas de la camisa. “En un momento paso de formal a casual y sigue viéndose divino", pensó Betty.
La tomó de la mano y entraron. Armando estaba completamente relajado, se le veía feliz y a gusto. Pasearon por los pasillos entre bromas, risas y preguntas sobre las preferencias de ambos sobre los productos que iban viendo. Mientras Betty tomaba cosas básicas, Armando escogía cosas más costosas como quesos, embutidos, frutas importadas y vinos.
- Armando, no pareciera que un hombre de tantos restaurantes y mundo, se sintiera cómodo haciendo mercado como nosotros los mortales. – bromeó Betty.
- No se crea Betty, tengo mucho tiempo que no hago esto por mi mismo. Siempre alguien lo hacía… la señora de servicio, me refiero. – se adelantó para evitar mencionar a Marcela.
- Que raro, como le digo se ve muy cómodo… ¡como muy ducho entre los pasillos! – Se rió.
- Eso es porque usted está conmigo, Betty. Siento como que me puedo relajar a su lado, como si respiro, y respiro bien, como que si entra más oxígeno a mi cuerpo…
“Como si me volviera el alma al cuerpo" pensó pero no quiso decirlo en voz alta. Esa era la realidad, era como si antes tenía una presión en el pecho que no lo dejaba inhalar aire suficiente, y desde que Betty llegó nuevamente, el aire empezaba a fluir.
Salieron con las compras para regresar al auto y mientras caminaban, Betty pensó que bien podían parecer un matrimonio como cualquier otro… “te estas adelantando demasiado Betty…”, se dijo a si misma. Sin saber que Armando pensaba exactamente lo mismo en aquel instante… “Es algo a lo que podría acostumbrarme" bromeó para sus adentros.
Siguieron hablando agradablemente todo el trayecto. Armando encendió el equipo de sonido del carro y se encontraron con lo último que estaba escuchando hacia unos días, era una canción de rock anglo de los 90s de tema despechado que verdaderamente le dio un poco de vergüenza a Armando, lo ponía demasiado en evidencia del estado de ánimo en el que se había sentido desde hacía mucho, y por otro lado imaginaba que Betty no era de ese tipo de música, la imaginaba escuchando canciones románticas, en español, artistas locales, pero no eso. Quiso apagar el equipo de sonido de inmediato o al menos cambiar a la radio, pero Betty lo detuvo.
- Armando! Que divino! Me encanta esa canción!
- Eh… ¿En serio Betty?, perdóneme, yo suelo tener música relajante en el carro, de verdad si no le gusta yo la cambio…
- Nooo, pero si me encanta!, todo ese disco en verdad.
- ¿En serio? – volvió a preguntar enfatizando y sonriendo de lado. – No me lo hubiese imaginado, alguien tan dulce como usted que le guste algo… tan estridente?
- Bueno, si, y cuando estoy estresada o molesta pues escucho algo más fuerte! – Se río Betty sonoramente y Armando se derritió por dentro, tanto por su risa como por ver que compartían esos gustos que jamás imaginó.
- ¿Quién lo hubiese pensado Betty? Y en Inglés!
- Bueno, es que el Inglés me es familiar desde muy niña, siempre fui buena en idiomas y el Inglés lo aprendí desde muy pequeña.
- Yo pensé que había sido cosas de universidad…
- No, de hecho, si no fuese porque los números me son mucho más naturales… y por mi papa… - Volvió a reírse. – Hubiese estudiado algo que tuviese que ver con idiomas.
Continuaron conversando sobre cosas triviales. El episodio de los besos y los niños en el auto parecía haberse olvidado entre las conversaciones casuales de ambos. Pero Armando no podía parar de ver furtivamente las piernas de Betty bajo la falda gris sin tener que reprimir sus ganas de volver a tocar más allá de donde se podía ver. Armando se dio cuenta de esto y río para sí mismo, al parecer volvía a ser el mismo de siempre, pero no el de antes: conquistador y sexual, pero ya no con cualquier mujer hermosa que se le cruzara, ya no sólo por una noche divertida de sexo… ahora con una sola única mujer.
Llegaron finalmente al apartamento de Armando, bajaron las cosas y el portero del edificio los ayudó a colocarlas en un carrito de uso común del edificio y a subirlas al ascensor. El portero se portó muy amable como de costumbre, notó Armando. Cuando subieron al ascensor se volteó a darle las gracias, pero el portero estaba viendo descaradamente el trasero de Betty con cara perversa mordiéndose el labio. De inmediato Armando cambio su expresión y se lo quedó viendo con una mirada encendida, cuando el portero se dio cuenta se quedó frío y se despidió de inmediato con la cabeza baja dando un par de pasos hacia atrás.
Armando se volvió con expresión enojada pensando en el abuso de este hombre y entró al ascensor con Betty que no se percató de nada. Aún después de bajarse del ascensor seguía molesto, quería devolverse a decirle unas cuantas cosas al portero por semejante atrevimiento, pero Betty se veía tan tranquila y alegre que respiró profundo y entraron al apartamento, ya cuando bajara el carrito se encargaría de poner en su lugar a ese igualado.
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Hola Picaronas!! Un capítulo tierno, un poco corto, lo sé, pero aquí les dejó una dinámica para que comenten!!
¿Qué canción creen que tenía Armani en su reproductor?
Pista: A JEA le gusta el rock, en Inglés y Español (ya saben por el texto que ésta es en inglés) en él me he inspirado para escribir sobre la música que le gusta a Armando, si bien en Ecomoda sabemos que le gusta el Jazz, me pareció más divertido darle ese toque rebelde a su personalidad, y que tal que a Betty también le gusta??
Si alguna acierta, hoy publico otro capítulo subidito de tono, recuerden que van llegando al apartamento!!
Besito en la nariz, picaronas!
PD: Igual les daré la respuesta correcta, incluyendo la canción exacta, en el próximo capítulo para que éste se lo imaginen bien con todo y soundtrack!
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Finalmente Juntos
FanfictionArmando finalmente puede demostrarle a Betty su amor, esta dispuesto a arrancar de su mente todo el dolor que la hizo vivir. Ya sabía que la amaba, pero no sabía todo lo que podía hacer y sentir por amor. Betty se deja guiar y se da cuenta de cómo s...