27.- Lo que veo...

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- Armando...

- Hummmmm?

- Mi vestido... - le dijo entre preocupada y triste.

- Tranquila...

- No puedo... ¿cómo me voy a mi casa ahora? Además, mi vestido... usted me lo regaló, era tan bonito...

- Shhhhh... tranquila... yo puedo estar loco, loco por usted, completamente loco... pero confíe en que lo tengo bajo control. - Betty rió, pero seguía preocupada. Pasado un momento. Fue él quien quiso preguntar. - Betty...

- Hummmm...? - Armando río esta vez, pero volvió a enseriarse para preguntarle.

- Mi amor... ¿fui demasiado brusco?

- Fue diferente...

- ¿Diferente mal... o diferente bien?

- Diferente perfecto... siempre perfecto.

- ¿Si le hubiese hecho daño me lo diría?

- No lo hizo, pero si me sorprendió. - Armando se quedó un momento pensando en confesarle, y luego lo hizo.

- ¿Sabe qué?... tengo que decirle que todo esto fue porque la soñé así...

- ¿Cómo así?

Armando se sonrió, le besó la mandíbula y se levantó dirigiéndose a su vestidor; esta vez fue Betty a quien le tocó apreciar el cuerpo de Armando desnudo, su espalda amplia, sus brazos fuertes, su trasero redondo, sus piernas torneadas... "Uy... y yo me estoy comiendo ese papacito?" pensó ella y río para sí misma, parecía Aura María pensando esas cosas. Él abrió una de las puertas y sacó dos cajas, cerró la puerta y volvió a caminar hacia ella, ella lo vio unos segundos y se avergonzó esquivando la mirada porque esta vez él se percató de que ella se lo comía con los ojos, "Es tan perfecto!". Armando se volvió a acostar a su lado con una sonrisa pícara, pero no le dijo nada sobre sus miradas.

- Bueno, le decía que la soñé así tal cual hoy. Soñé que rompía su vestido, que la hacía mía sin compasión, - se sonrió pícaro.- así que cuando fui a comprarle su vestido, pedí dos iguales... - y abrió una de las cajas donde Betty vio un vestido igual al que tenía puesto, completamente nuevo.

- ¡¡Ayyy Armando!! ¡¡Qué alivio!!

- Pensé que me iba a sermonear por loco! - Ambos se rieron.

- Bueno, pues sí debería, pero como estoy aliviada de poder llegar a mi casa vestida... no lo voy regañar.- le dijo y le dio un beso. - pero no entendí mucho el sueño...

- Bueno, lo que tiene que saber es que me desperté queriendo repetirlo con usted, y el resultado fue todo lo que acaba de pasar...

- Usted tiene sueños muy interesantes...

- Mi vida con usted se está volviendo de más de interesante... - Armando la besó. - y... bueno, había otra cosa que quería comprarle, y lo puede tomar como regalo de domingo... - le dijo y le pasó la segunda caja.

- ¡Pero Armando! ¡Tantos regalos!, usted está gastando demasiado en mi, en mis padres, el ramo... y yo...

- Shhhhh! No es nada que usted no merezca, ni sus padres, y mucho menos hay nada que reclamar si me nace hacerlo. - le dijo simulando enfado. - Ábralo.

Betty abrió la caja para encontrarse con un conjunto de ropa interior de encaje suave y delicado color blanco, que incluía también ligueros y medias pantie. Betty abrió los ojos sin saber si sentirse apenada o coqueta.

- Esto por supuesto, lo dejo a su disposición para que lo luzca para mi cuando usted quiera. Pero sepa que la Betty de la ducha me inspiró a comprárselo... ¡dele mis saludos, por cierto! - Se sonrió de forma seductora.

Finalmente JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora