- ¿Ya le dije que está hermosísima el día de hoy? – le preguntó Armando al tiempo que con una mano abría la puerta del vehículo para que Betty entrara y con la otra daba una ligera caricia en el brazo de ella.
- Creo que sí, doctor... - Volvió a sonreírle juguetona tomando asiendo dentro del vehículo.
Armando apuró el paso para entrar y encender el vehículo. Cómo ya era costumbre, arrancó rápidamente y se volvió a detener unos metros más adelante de cruzar la esquina y perder de vista la casa de Betty, para de esta manera con una sonrisa seductora y juguetona, acercarse lentamente a abrazar a Betty para besarla.
Después de aquel sueño, los labios y el cuerpo entero de Betty clamaban por sus besos. Fue Betty quien enroscando sus brazos en su cuello, empezó a profundizar el beso tratando de pegar su cuerpo al de él a pesar de la poca comodidad que ofrecía el habitáculo. Armando sintió su urgencia y la abrazó mientras permitía que ella llevara el ritmo del beso, acariciando su espalda por entre el blazer de su conjunto. Betty quería más, pero sabía que debían irse, y con algo de pena, se sonrió contra sus labios culminando el beso con uno ligero.
- Me hizo mucha falta Doctor. – Armando se sonrió sin dejar de abrazarla aún, se suponía que él era quien decía eso primero...
- Mi Betty... no me robe mis líneas... – le dijo con una sonrisa de lado. – Yo también la extrañe mi amor. Pero usted con estos besos así me recarga la vida. Que divina mañana, me hace sentir afortunado. Y que bueno que mis torpezas no la mantienen aún enojada conmigo...
- ¿Que torpezas?
- Usted sabe... mis neurosis sin sentido.
- Armando, eso ya pasó y anoche mismo le hice saber que todo estaba bien. Yo ya no me acordaba de nada de eso hoy.
- Pues entonces más afortunado soy. Está definitivamente debe ser la mejor mañana de mi vida... - Betty abrió los labios sorprendida, recordaba perfectamente esas palabras del sueño que tuvo hace un par de horas y de inmediato se sonrió sonrojada.
- Creo que le faltan aún muchas "mejores mañanas de su vida"... - le dijo pícara pero Armando no entendió el comentario.
- Siempre que sean con usted...
- Haré lo posible...
"Nooo, no sabe que soy yo quien hará todo lo posible..." pensó Armando a esa respuesta de Betty. Le dio un suave beso en los labios antes de dejar de abrazarla, se cambió sus gafas por los lentes de sol y arrancó nuevamente.
- Mi Betty, gracias, mi amor, gracias por el desayuno de hoy. Me sentí maravilloso compartiendo con su familia.
- Las gracias se las debo yo, usted ilumina mi casa cada vez que entra.
- No exagere Betty... - le contestó apenado. – Más bien dígame cómo se siente hoy, ¿cómo se prepara para la cena de esta noche?
- Todos están empeñados en recordármela cuando yo estoy tranquila habiéndome olvidado de ella... - le contestó enfurruñándose, causando la risa de Armando.
- Mi amor, no me diga que aún sigue nerviosa... - contuvo la sonrisa y la tomó de la mano. – mire, ni que ellos fuesen unos ogros, es que eso ni siquiera importaría. Lo que importa somos nosotros mi amor. Nosotros sólo vamos a a casa de mis padres como los novios que somos, a despedirlos antes de que se vayan de viaje, y ya. No hay que esperar una aprobación. Además, ellos viven en Londres, así ellos se opusieran por esas razones tontas que le atormentan la cabecita... ¿qué la van a molestar desde lejos? Recuerde, yo siempre estaré a su lado.

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Finalmente Juntos
FanfictionArmando finalmente puede demostrarle a Betty su amor, esta dispuesto a arrancar de su mente todo el dolor que la hizo vivir. Ya sabía que la amaba, pero no sabía todo lo que podía hacer y sentir por amor. Betty se deja guiar y se da cuenta de cómo s...