Capítulo 19

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C A P Í T U L O 1 9.

IAN DEATH OR DE'ATH


Faltaban 20 minutos para que dieran las nueve de la noche, sin embargo, la casa de Brandon estaba por reventar de gente. Estaba sentado en el sofá mas grande, junto a unos amigos, todos estaban hablando de cosas sin importancia. Yo me mantenía atento a la casa, mirando a cualquier persona, buscando mi objetivo, pero aún no llegaba. No sabía si Danielle asistiría a la fiesta, me dijo que si, pero era de esperar que al final de cuentas no asistiera. Katherine no llegaba tampoco todavía y era extraño. Siempre llegaba temprano a las fiestas con Raúl, pero al parecer esta vez no. Raúl y yo venimos juntos sin terceros. Le había mandado mensajes a Katherine, pero su última conexión fue en la tarde, tres horas antes de la fiesta.

Encendí el puro que me ofrecieron y le di una profunda calada, entreteniéndome con las mujeres que bailaban.
Algunas tenían la ropa demasiado corta. Eran bastante tentadoras. Pero esa noche no pensaba enrrollarme con alguna de ellas.

—«Ayy, i've been fuckin' hoes and poppin' pillies. Man, I feel just like a rockstar (star)» [7]

Bebí un trago de la cuarta cerveza y Brandon empezó a invitar a mujeres. Tres de seis ya tenían pareja.

Raúl, Isak y yo estábamos solos aún.

—¿Qué onda, Ian? Se te está durmiendo — llegó Aaron —. Las hermanas Bethanwood estaban buscándote.

Levanté las cejas. —¿Jasie o Regina?

—Las dos. Están dolidas, las dos han terminado con sus vatos. A Regina la engañaron, su novio le puso el cuerno con tu amiga Katherine.

Deje reposar mi espalda en el respaldo del sillón y suspiré con cansancio. No entendía el afán que tenía Katherine al meterse con hombres que sabía que tenían novias.

—Eso significa que si la ven aquí en la fiesta se armará una pelea —afirmé. Lo sabía . Cada que alguna desentida se topaba con Katherine ocurría lo mismo: querían lanzársele encima entre montón y agarrarla a golpes. Y ahí en esa situación aparecía Ian y Raúl, interviniendo todo.

Rasqué mi cabeza y negué. —Me iré antes de que eso suceda.

Aaron se rió y se sentó a mi lado. —¿Recuerdas la última vez que la intentaron casi matar?

Me reí. —Casi salía muerto yo mismo por haberme metido.

—Lo bueno es que Renatha le pidió disculpas.

—Parecia loca. ¿Qué es eso de quebrar una botella y amenazarla a muerte?

—Los celos.

—Qué toxicidad.

—¿No te vas a enrollar con nadie? —cuestionó, ladeando la cabeza —. Tú eres de los que tan pronto llega a la fiesta ya tiene como a diez perras detrás de ti.

Hice una mueca, la verdad es que la mayoría de hombres que conocía se refería a las mujeres de esa forma y me desagradaba, pero no iba a ponerme a regañarlos porque al final no entenderían.
—Esta noche no. Estoy cansado.

Se carcajeó. —¿Cansado de enrrollarte como con quince en una noche?

Hice aros con el humo gris. Salía abundante de mi boca.

No contesté porque Sarah, la chica de porte serio de segundo grado llegó hasta a mí.

—Ian, ¿por qué estás tan solo?

Ella sin mi consentimiento se sentó en mis piernas.

—Esperaba a que llegaras tú —comentó Isak. Rodé los ojos y Sarah se rió.

Quiero Odiarte ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora