C A P Í T U L O 1 1
DANIELLE STTRAFORD
Bajé del auto de Ian cerrando la puerta con suavidad y él copió mi acción, empeorando más la situación.La cara de mamá se convirtió en un poema lleno de desagrado y estupefacción, haciéndome tragar saliva con nerviosismo. Ella a veces no medía sus palabras, y temía que le fuera a decir algo feo o hiriente a Ian.
—Buenas noches —Saludó Ian con educación, colocándose a mi lado y pasándose una mano por la nuca, pensando en la falsa justificación que diría a continuación —. Disculpe la hora en la que le traigo a su hija a casa, estoy consciente de que no es el horario apropiado, pero había demasiado tráfico y se me complicó traerla más temprano. No es su culpa haber llegado tarde, es la mía.
Escucharlo terminar de decir eso hizo que mi interior se derritiera con ternura. Ian tenía modales y era educado, pero mi madre, que se las daba de moderna y fina no se le dieron las ganas de darle una respuesta, sólo se limitó a elevar una de sus perfectas cejas, evaluándolo.
Me removí con incomodidad y colgué la correa de mi bolso sobre mi hombro, avergonzada por el comportamiento déspota de mi madre. —Adiós —me despedí, usando un tono de voz bajo e inaudible para mi mamá —. Gracias por traerme.
Ian asintió y conectó contacto visual conmigo por un segundo; sus ojos me trasmitían el sentimiento de vergüenza y arrepentimiento por haber hecho que me fuera a pasar el rato con él sin pensar que me causaría conflictos con mi madre, sin embargo, no era su culpa, yo quería irme con él, y la regañada que vendría después era lo de menos.
Le murmuré un «Te veré después» con mis labios para relajarlo y una imperceptible sonrisa ladina adornó su rostro, marcándose en su mejilla la cicatriz. Cicatriz que tenía una historia y él aún no me confesaba. Cicatriz que me encantaba, aunque no se lo admitiera.Mi mamá le otorgó una mirada de arriba a abajo y torció la boca con evidente molestia.
—Con su permiso me retiro —Murmuró Ian, despidiéndose de la grosera de mi progenitora. Miré las puntas de mis zapatos y de reojo lo observé rodear de nuevo el auto. Afirmé la mano en la correa de mi bolso y le di la espalda a mi madre para brindarle la última sonrisa al chico de ojos tristes que se estaba comenzando a ganar todo mi ser.
Pasé por un lado de mi madre y dije en voz alta y suficientemente fuerte lo que debí haber dicho desde el principio:
—Se responde "buenas noches", madre. Por si no lo sabías.Una risa nasal escapó de la garganta de Ian y disimuló golpeando el techo del auto.
Entonces, mi mamá apretó las bolsas de boutique que cargaba en las manos con precisión y se puso recta.
—Le agradezco que haya traído a mi hija a casa —Soltó, dejándome paralizada en mi lugar. Ian elevó con lentitud la vista, sin creer que mi madre le había contestado —. Sólo espero que no se vuelva a repetir, ya que ella no tiene permitido llegar después de las doce.Ian tardó en reaccionar, y cuando lo hizo, asintió con ligereza. —No tenga cuidado, señora. No volverá a pasar.
Entrelacé mis manos detrás de mi espalda y esperé a que mi progenitora hiciera algún movimiento.
—Ojalá pase bonita noche, muchacho —Dijo, antes de caminar a la entrada de la casa con pasos rápidos —. Ya es tarde, Danielle. Es hora de meterse.
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Quiero Odiarte ✔️
RomanceIan Death or De'ath ha tenido una vida llena de dificultades y problemas. Y Danielle Sttraford ha tenido su vida y su futuro en bandeja de oro. Un día Ian se ve metido en problemas por causa de su primo, y las circunstancias hacen que requiera ayuda...