CEGADO DE AMOR

1K 72 59
                                    





IAN DEATH OR DE'ATH

Solo el primer mes recibí dos cartas de Danielle.

En junio y julio ya no supe más de ella.

La inquietud y la preocupación no me dejaba dormir a gusto, necesitaba saber de Danielle, y estaba lejos de ella. Los días se me pasaban demasiado lentos, por más cosas productivas que hacía los segundos no avanzaban con velocidad. Solo faltaba una semana para estar en casa, y se sentía como una eternidad.

Solté un suspiro y apoyé mis manos sobre él insípido y sencillo lavabo del baño, levanté la mirada y me observé en el espejo.

Estaba totalmente cambiado a cómo llegué. Mi piel ahora estaba algo tostada por estar bajo el sol, estaba un poco más formado de músculo y con mejor condición física. Y ya no tenía ningún tatuaje. A lo largo de los primeros meses me sometieron a removerlos con láser. Me desconocía, pero estaba acostumbrándome a verme de esa manera. Mi piel ya permanecía limpia, y lo que más me dolía era que ya no portaba el tatuaje de Danielle.

Permanecer encerrado para realizar los servicios me gustaba, porque aprendía muchas cosas, cómo disparar armas, defensa personal, artículos militares, a ser disciplinado y entre más cosas, pero no estaba disfrutando estar ahí, porque la incertidumbre y la intranquilidad se hacían presentes y no me dejaban ni siquiera dormir.

Mi cabeza daba vueltas y vueltas, le hacía cartas a mi madre para preguntarle si sabía algo de Danielle, pero siempre me respondía lo mismo: "Ni siquiera la ve visto pasar por la colonia"  ¿Tan difícil era para Danielle volverme a enviar una tercera carta? Porque solo durante el primer mes recibí dos, y ya no más.

Quería pensar que estaba demasiado ocupada, que quizás le estuvo yendo bien en la agencia de modelos, que eso consumía todo su tiempo, quería encontrar una razón para justificar su ausencia por dos meses, pero no era tan creativo imaginándola.

Saqué del bolsillo de mi pantalón la hoja que siempre traía guardada y pasé las yemas de mis dedos por donde estaba su letra escrita y volví a suspirar, releyendo por décima vez la primera carta que me envió.

«Hola, mi vida. Quisiera saludarte de esa manera despertando a tu lado en mi cama antes de que te vayas para que mis papás no se den cuenta que dormiste aquí, pero ahora me toca dormir sola y extrañarte con cada segundo que pasa. Los días son monótonos si no estás conmigo, no me siento animada ni feliz, solo me siento triste porque no estás aquí. Quisiera cerrar los ojos y que al abrirlos los meses ya hayan pasado, quisiera ya volverte a sentir conmigo. Te extraño como no tienes una idea, me pesa haberte dejado ir, aunque yo sé que será por tu futuro, pero eso no quita que me sienta triste. Pero no te preocupes por mí, estoy yendo a la preparatoria, estoy sacando mejores calificaciones, y he aprendido mucho en la agencia, ya quiero que llegues para contarte muchas cosas que me han pasado.
Te amo con mi alma entera, espero y le pido a Dios que te encuentres bien estando allá, yo sé que eres un hombre que puede con todo, lo sé porque eres mi hombre.

Con amor, Danielle.

Estuve apunto de echarme para atrás y devolverme a casa cuando leí esa carta, pero todo habría sido en vano, así que aunque tenía ganas de hacerlo me contuve.

—¿Qué haces aquí, idiota? —guardé la carta de nuevo al oír la voz de Raúl y me encogí de hombros.




—Solo estaba pensando en Danielle —admití. Raúl quizás ya estaba harto del mismo tema, porque siempre que platicaba con él solo le decía que me preocupaba no saber de Danielle como al inicio.

—No pienses cosas malas —alentó —. Quizás te ha estado enviando cartas pero no llegaron.

—¿Y por qué solo las de ella no pueden llegar? —inquirí, meneando la cabeza —. Hoy te llegó una carta a ti, ¿no?

Raúl me miró durante un corto segundo y bajó la mirada. Algo sabía. Raúl algo sabía y no me decía.

—Sí —contestó —. Era de Katherine.

Entonces fue como si algo dentro de mí se encendiera, porque le había dicho a Raúl incontables veces que le preguntara a Katherine razones de Danielle. Y por fin las iba a saber.

—¿Y? —Insistí —. ¿Qué te dijo de Danielle? ¿Ella está bien? ¿Te dijo el por qué no me ha mandado nada?

—Ellas se pelearon, Ian —murmuró —. Solo me dijo que Danielle hizo algo malo. Muy malo.

Fruncí el ceño, sin entender lo que me decía.

—Danielle sería incapaz de hacer algo malo —defendí.

—La traicionó —respondió —. Katherine solo me dijo que Danielle la traicionó.

—Danielle no es una persona mala, Katherine a veces exagera mucho las cosas —traté de defender a Danielle, aunque no estaba al tanto de nada —. Quizás se pelearon por cosas sin importancia.

Raúl me miró, en ese momento no me di cuenta, pero me miró de tal manera que no podía creer qué tan loco y cegado estaba por el amor Danielle.

—Pues eso lo sabremos en una semana, cuando estemos de vuelta, pero ya relájate, no falta tanto tiempo.

No, ya no faltaba tanto tiempo, pero daba lo mismo, porque al regresar a casa lo que quería era volver a estar encerrado haciendo de nuevo los servicios.

🍁🍁🍁

Siguiente parte —>
Vaya a leer <3

Quiero Odiarte ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora