Dog man star

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(Brett)

La música sonaba como un susurro en áquel bar, miraba la barra, y disimuladamente a la chica de piel morena sentada en la mesa del fondo.

Llevaba rato dando miradas hacia mi, supongo que nunca es tarde para un veterano como yo.

Miré el televisor una vez más, uno de esos vídeos demasiado producidos, repetidas coreografías y letras pegajozas de las estrellas pop del momento.

Volví la mirada a la chica, quien seguía mirando de manera coqueta.
Decidido tomé rápidamente mi bebida y comencé a levantarme para ir rumbo a ella, hasta que una voz conocida tras de mi, me frenó.

-¿Qué tomas?-preguntó.

Me demoré un momento en poder darme la vuelta para confirmar lo que sospechaba.

Bernard sentado al lado de mi en la barra, mirándome amablemente.

-Martini.-respondí unicamente.

Bernard asintió y pidió dos copas más al barman.

-No, no tienes qué, ya me iba de hecho.-dije.

-Yo invito.

Me quedé un momento ahí sin saber muy bien qué hacer en realidad, permanecía paralizado, hasta que finalmente decidí volver a tomar asiento.

Ambos nos quedamos en silencio un largo rato, luego bernard comenzó a reír.

-¿Qué?-titubeé.

-Es que hubo mucho silencio.

-Bueno, ¿sobre qué quieres hablar?

-Sobre lo que quieras, Brett.

Suspiré y miré mi mano un momento, finalmente, regresé la mirada a bernard.

-No lo sé, hace tiempo no te veo.

Bernard sonrió sin quitarme la mirada.

-Lo sé.-comentó.

●●●

-¿haz vuelto a meter la pata?-comenté riendo.

-No desde que me acosté con la periódista.

-Eres un bruto, bernard, debiste saber que era una periódista.

-Bueno, no tenía precisamente un cartel en la frente que lo dijera.

Reí, al igual que él.

-En verdad eramos unos idiotas.

-Sospecho que aún lo somos. Por cierto ¿qué sucedió con Sam?-comentó tomando un sorbo de su martini.

Había perdido la cuenta de cuántos llevabamos ya.

Suspiré.

-sucedió que todos nos excedimos en una gran fiesta con Alan hace unos años, Sam casi muere esa noche.

-¿cómo?

-Pues todos estabamos en lo nuestro cuando ella cayó como saco de patatas al piso, no reaccionó por un momento, ni siquiera cuando Alan y yo tratamos de reanimarla. Nos llevamos el peor susto de la vida, hasta que se levanto de poco.

-Eres un idiota, brett.

-Lo fuí, pareciera que tuve una revelación ese día mientras miraba lo frágil que era su vida frente a mi. De solo pensar en perderla por mi culpa me aterraba. No he vuelto a consumir nada desde entonces. Aún que ella se alejó de mi de todas formas.

Pude ver un asomo de sonrisa en las comisuras de sus labios.

-¿Aún vives con Alan?

-No desde hace unos años ya ¿qué me dices de ti?

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