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-Salen en cinco.

Desacomodé un poco más mi atuendo, la camisa blanca estaba desabrocahada en casí todo el pecho, pero la intención era esa. Todos ahí nos veíamos como unos vagos músicos sacados de un bar gay. Y eso me encantaba.

Finalmente salimos al escenario en cuanto se escuchó al presentador anunciar el nombre. Esa noche habíamos decidido presentarnos con Metal Mickey. Eché un vistazo a Bernard con su nueva guitarra, una Ephiphone profesional para la que había estado ahorrando en meses, algo me decía que no iba a tocarla tanto teniendo una gibson.

Asentí en señal de empezar y el instantáneamente comenzó a tocar.

Entre la multitud, algunos se movían y otros tenían cara de no saber qué estaba pasando pero estaban ahí. Me moví por el escenario sin pena alguna y junto a mi tambaleaba el micrófono, se me ha hecho manía juguetear un poco con él.

Realmente era como si no me importase ni un poco todo esto, en un rato el solo de Bernard comenzó a sonar y me deje llevar por su cautivante y desgarradora manera de dar atisbos al tema, comencé a mecerme de un lado a otro junto al micrófono, y al dar las vueltas le podía ver moviéndose de arriba a abajo y levantando su pierna derecha de manera algo divertida.
Al punto de casí finalizar el solo, tomé la base del micrófono que había mandado ya desde hace un rato a tomar por culo y la levante con tal fuerza que salió volando.

La guitarra no se detuvo así que supondré que no le pegué a Bernard.

La canción avanzó y en un rato acabamos en aquel lugar.

•●•●

El oscuro escenario en aquel burdel, sus paredes sin pintar y sus suelos de concreto manchado, sus mujeres fáciles y su olor a cigarrillo, vomito y algo más.
No recuerdo como hemos llegado a parar hasta aquí..

Miré a un lado y a otro, Mat estaba hablando con una voluptuosa chica castaña proveniente de ese lugar, simon estaba completamente ausente.
Miré en frente mío divisando a Bernard del otro lado de la mesa con un cigarrillo en la mano y en la otra una copa de vino barato, mirándome curiosamente a través de la amarillenta iluminación escasa.

Lentamente desvió su vista hacia una pareja que podía ser divisada fornicando en la otra habitación por la puerta a medio cerrar. Una chica con vestido blanco levantado mirando a bernard, sonriente mientras tenía a un hombre entre sus piernas.

Bernard volvió la vista hacia mi, así como yo a él.

-No te preocupes- carraspee- Es médico.

Él no decía una sola palabra, comenzaba a asustarme, ni si quiera me quitaba la vista de encima, sentía que me estaba recorriendo. Tomó de su trago y pude divisar unas gotas que se escapaban por su barbilla.

Miré a mi al rededor, Mat ya no estaba.

Bernard dejó su vaso, Dió una calada más a su cigarrillo y con la mano en el bolsillo jaló a una chica a mesas de nosotros para terminar por desaparecer en el mismo cuarto.

Desperté con el corazón acelerado, mareado y risueño, tenía una cerveza en mano, miré al rededor y observe a Bernard de la misma manera.

-¿dónde están todos? - pregunté al ver el desastre al rededor, parecía haber sido una fiesta.

-Mat, Simon y Justine salierón a fumar, los demás se fuerón a jugar videojuegos.

Me quedé en silencio ¿y Justine que hace aquí?

Bernard gateo hasta el torna mesa y colocó un disco de ABBA. 'Dancin Queen' comenzó a sonar y yo a reír por como Bernard se acercaba a mi bailando. Verlo ebrio era mas divertido de lo que pensaba.

-¿qué no bailas?- dijo moviéndose de una manera muy extraña.

-No realmente.

Este me levantó de un tirón del suelo.

-No me dejes bailando solo. Debo aprovechar que los demás se han ido.

Reí y comencé a bailar a su ritmo.

You can dance
You can jive
Having the time of your life
Ooh, see that girl
Watch that scene
Dig in the dancing queen

Ambos coreabamos agudizando las voces hasta que nos rendimos y nos dejamos caer entre carcajadas a la cama.

La luz de la ventana me hizo despertar nuevamente.

¿Qué carajos había pasado?

Acabo de tener el sueño mas asquerosamente gay que alguién puede tener.

Abrí los ojos de a poco dandome cuenta que estaba en casa, mi casa. En mi pequeño y diminuto cuarto.

Me levanté y miré hacia la ventana. El sol a punto de esconderse revelaba los vestigios del vertedero con unos cuantos niños jugando entre escombros y basural. Muy a lo lejos cuando me concentraba en ver a mis dos árboles favoritos frente a la fábrica de champiñones abandonada.

Estaba en casa y todo se mecía con calma.

Bajé las escaleras encontrando a mi padre sentado en la sala con su periódico, su pipa y sus vinilos, al lado, mi madre sentada en el piso frente a la fogata tejiendo, con una lata de leche evaporada.

Como casí todos los fines de semana, me encontraba ahí para visitar a mis padres, son embargo a veces el aroma nostálgico de las paredes de nuestra casa de protección oficial me irradiaban una repentina perdida de memoria.

-Brett, despertaste, en la cocina te preparé algo por si tienes hambre.- comentó mi madre con la vista fija en su tejido.

-Gracias, quizás salga a dar la vuelta un rato.- dije tomando mi abrigo del perchero.

-No vuelvas tarde.- escuché de mi padre al cerrar la puerta.

Caminé por las recónditas calles de lindfield, su pobreza, delincuencia y suciedad tenían algo sumamente absorbente para mi.

Caminé entre vidrios rotos por el asfalto. El brett que de niño fue, llamaría a Simon para ir a dar la vuelta por ahí en sus bicicletas.

Paré hasta llegar al vertedero, me senté en la banqueta al otro lado de la calle, el sueño de hace minutos se me cruzó por la mente con una ráfaga de cosquillas en el estómago. Fue realmente divertido.

Aprecié lo que me ofrecía mi niñez.
Mirando los niños jugando entre los escombros, cuando en su tiempo, Simon y yo fuimos aquellos que jugueteaban entre restos de sus iguales hasta que el sol desaparecía robándose el destello de nuestros tiempos mozos.

••••

Datos:

Brett describe en su libro "Mañanas negras como el carbón" a su madre sentada frente a la chimenea tejiendo, y de vez en cuando, ella tomaba una lata de leche evaporada "Canation". Él cree que lo hacía como una pequeña recompensa a ella misma.

También, frente a su casa se encontraba una fabrica de champiñones abandonada, frente a ella dos árboles que se quedaba viendo cuando no podía dormir de niño (los dos tenían nombre pero solo recuerdo que a uno le había puesto "payaso")
Y al final de su calle había un vertedero donde jugaba de niño que ahora es una reserva natural.

Video en el que me basé para el inicio del cap: Suede-Metal Mickey (Top of the pops 1992)

Dogman StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora