The power.

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Debí cerrar bien las persianas, el maldito sol me cala en los ojos.
¿Qué hora es?

¿Será tarde?

¿por qué en las mañanas el sol brilla con tantas ganas?

Me levanté de a poco hasta sentarme en la cama, froté un poco mis ojos y vi  que bernard seguía durmiendo.
Tenía un rastro de baba seca en la mejilla que lo hacia ver aún más cómico. Sus brazos estaban extendidos, uno sobre su cara tapandose los ojos y el cabello cubriéndole el rostro.

Parecía muy calmado, su respiración me recordaba a la de un gato reposando, como si fuera a ronronear.
Miré su pecho que subía y bajaba con calma, miré una mano sobre su estomago, y todo podía seguir siendo tierno y estético en Bernard, pero creo que el bulto en sus pantalones era muy tosco como para seguir con la ternura.

Solté una risilla lo que hizo que bernard se moviera un poco.

-¡Bienvenidos al circo Ataide!- alcé lo suficiente como para que bernard se despertara de brinco.

Miró hacia todos lados desconcertado y cuando fijo la vista en su pantalón y comenzó a sonrojarse, trató de taparse como pudo, cuando decidió levantarse de golpe su pie se enredo en la sabana haciéndole caer.

-¡No mires!- exclamó mientras me ahogaba carcajadas.

-Bernard, me pasan esas cosas, soy hombre, no sé si lo habías notado.

-¡No me importa!- tomó la sabana y la puso sobre si dirigiéndose a la puerta.

Escuché que dió unos tumbos más hasta que el portazo del baño se hizo presente.

Reí otro poco y me levanté intentando buscar la cocina, no sin antes pasar por el baño. Toqué la puerta, bernard no respondió.

-¿Quieres que tengamos una platica acerca de esto?- comenté tragandome la risa.

-Vete al diablo.

-Uh ¿Desde cuándo maldices?- No contestó.-Como sea, no te tardes con... lo que sea que este pasando ahí adentro. Tenemos ensayo con la banda en unas horas.

Me retiré de ahí sin más respuesta por su parte. No conocía tan bien a bernard y temía que mis comentarios y risas le hicieran sentir mal o apenado, comenzaba a tardarse. 

●●●

Sorpresivamente justine había llegado temprano ese día, nos encontrábamos en un pequeño estudio rentado para los ensayos, el departamento de justine comenzaba a hacerse incomodo para todos.

Estábamos concentrados tocando Introducing the band, Bernard evitaba mirarme o cualquier tipo de socialización conmigo, era divertido. Yo hacía cualquier cosa para cruzarme con él, es evidente que los demás no tenían idea, pero eso lo hacía aún mejor.

Estaba por el estribillo cuando Justine paró de tocar. Instintivamente todos la miramos.

-No esta bien, Brett.-comentó evadiendo las miradas de los demás.

-¿qué cosa?

-La canción.

-Por favor Justine, haz un esfuerzo por la banda, ya que al menos no te presentaste en los Brit Awards.- contesté, el ambiente comenzaba a volverse incomodo.

-Debería ayudar a Damon.- En ese instante mi paciencia se colmó.

-¡Esta es tú banda! ¡No la de Damon!

-Brett...-Trató de interferir Simon pero fue interrumpido por Justine.

-¡¿Y por qué no mejor hacemos algo diferente?! ¡esto no funciona!

Dogman StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora