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(Brett)

¿y qué tal?

-¿De qué?

-De bernard, sabes de qué hablo.

-Pues todo normal, supongo.

-¿cómo que todo normal? ¿Y la manoseada que se dierón bajo la mesa?

-Alan ya te dije que solo me tomó de la mano.

-Como sea, fue algo. Pero ustedes van demasíado lento.- ambos miramos a Bernard quien iba delante nuestro platicando con Mat y Simon.-Y para eso estoy aquí.

-Estas aquí porque te colaste al viaje. Te dije que no son vacaciones.- reí.

-Nunca salgo, Bretti, si no soy yo el cúpido aquí ¿quién?

-Más vale que no hagas una estúpidez.

Llegamos a la salida del aeropuerto, en realidad era la primera vez que estabamos en parís, apenas y sabíamos a dónde dirigirnos.

Ed mencionó que llegaría una camioneta por nosotros y menos mal, no podíamos cargar con el equipaje en un taxi. Todos estaban bastante callados, y es de sorprenderse porque estos tipos nunca cierran la boca.
Excepto bernard.

Le miré de reojo. se había sentado en el piso y se dibujaba algo en el brazo con una plumilla.

Sonreí, era inevitable, bernard parece tener mucha inocencia.

La camioneta llego, color negro, espaciosa, si Ed esta gastando nuestro presupuesto en esto la verdad no me importaría.

Acomodamos el equipaje, Alan subió al asiento del copiloto de inmediato.

-Dejen a Bernard y Brett atrás.

-¿y por qué?- refuté.

-Porque son los mas chiquitos.

-Simon esta más enano que todos.- renegó bernard.

-Pero necesito más espacio, por ende las hebras van atrás.

El castaño le miró con recelo, casí suelto una carcajada pero no me permitiría burlarme de esa manera de la complexión de bernard.

Finalmente y resignandonos, todos subimos sin chistar más mientras admirabamos parís en todo su esplendor.

•●•●

Un solo cuarto.

No, no era un hotel decente. Literalmente era solo un cuarto.

Apenas entrabas y era un cuadrado en el que había un catre, un sillón y una mesilla, a unos metros estaba una barra con un refrigerador y una estufa. La única habitación extra que había ahí era el baño.

-Creo que se le acabo el presupuesto en el auto.- mencionó Bernard mientras dejaba su guitarra junto a la puerta.

-Yo pido el catre.

-Mat, nadie va a dormir en el catre.- apenas dije todos me mirarón como si estuviera loco.-Todos van a pelear por el catre, seamos justos y que nadie lo use.

-Pero es estúpido tener un catre y no dormir en él.- volvió Simon.

-Pero es injusto.

-¿Y a nosotros qué?

-Vale, hagan lo que les plazca, peleense entre todos y el que gane se lo queda.

-Me parece justo.-comentó Alan.

Todos entrarón y comenzarón a dejar sus cosas regadas por doquier, ya era costumbre que nada podía mantenerse en orden con ellos.

Miré hacía la única ventana en la habitación, era grande y solo la cubría una cortina color carne transparentosa, lo suficientemente delgada para dejar ver el atardecer.

Dogman StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora