Daddy's Speeding.

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(Brett)

Caminaba por el mundo de asfalto. No tenía mucho que hacer por las tardes y considerando que no hablaba con Jus desde hace dos días no podía volver al apartamento. Había ido a buscarla pero jamás abría.

Era uno de esos días poco comunes en londres, el paisaje era soleado, más, no caluroso. Escuchando las piedrecillas moverse tras mis pasos, vagaba entre las mugrientas y mohosas aceras. Realmente no sé si buscaba algo, pero había olvidado lo cautivante de los barrios bajos en los que llegué a Nacer, siempre pensé que tenían algo magnético, como el eco de una vieja grabadora resonando en un estacionamiento vacío.

Crucé por un pequeño parque, y perdiéndome entre los pastizales y frondosos árboles una cabellera larga me pareció conocida.

Sentado en el bordillo del camino de tierra, tenía un aire casí poético. Tocaba los acordes tan delicado que a penas podías escucharle, tarareaba alguna canción pero no estoy seguro de cual.

Me detuve a unos metros detrás. No quería acercarme y que parara. No porque tuviera vergüenza, más bien porque Bernard me parecía curioso a su vez. Tenía la impresión de que nos observaba y de que nos estaba calibrando discretamente. Supongo que a él le parecíamos tres pretenciosos soplagaitas de clase media.

Podía distinguir que a veces paraba, y se desesperaba porque algún acorde le salía opaco, y lo intentaba una y otra vez. O en veces se tomaba descansos y veía su mirada dirigirse hacia el oeste cuando el sol esta en puesta.

La gente que pasaba por ahí caminando o paseando a sus mascotas le miraban como si estuviera drogado, y la verdad es que si, bernard parecía estar absuelto en un hermoso trance al que envidié poder entrar.

Y luego volteo abruptamente hacia mi.

Me miró con los ojos de a par abiertos por la impresión y ocultando la vergüenza que comenzaba a tornarse en torno a sus mejillas. Rápidamente se dio la vuelta como si nadie hubiera visto a nadie.

Ahora voy a parecer un acosador. Que bien.

Me acerqué, creo que era obligatorio ahora que me pillo viéndole, hubiera sido más ridículo irme.

Me paré a su lado, esto es terriblemente incomodo. Nadie hablaba, miraba a bernard de reojo, este inflaba sus mejillas y jugaba con el aire dentro de ellas mientras miraba al cielo en busca de algo que hacer. Por supuesto se percató de mi presencia. Yo por mi parte jugaba con las mangas de la camisa sin saber bien que decir.

-¿Cómo te encuentras?-solté. Aquí vamos con otra conversación incomoda.

-¿cómo encuentro qué?

-Te estoy saludando.- Bernard soltó una risilla infantil.

-pues Estaba preparado para irme corriendo.- soltó bernard.

-Perdón por no avisar.-contesté.

-Si, la proxima grita "Estoy detrás de ti" y puede que me de menos la impresión de que seas un vendendor de órganos viendo fijamente a la victima.

Reí y tomé asiento a su lado dirigiendo la mirada hacia el oeste, esperando ver lo mismo que bernard.

-Estaba pensando en lo de la banda.- continuo.

-¿Y qué pensaste?

-Que nos estamos retrasando, Brett. Debemos dejar los dramas si queremos terminar el Dog man Star.- me miró fijamente.

Sabia a lo que se refería. Sabia que estábamos hablando de Justine y no pude evitar ponerme a la defensiva.

-No tienes por qué meterte en lo mío.

Dogman StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora