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(Bernard)

Miré el reloj, la puerta, el teléfono, el reloj de nuevo.

Tic, tac.

No quiero, no lo haré.

Tic, tac.

Miré mi pantalón.

-¿Qué mierda te pasa a ti?- aun que quizás la pregunta era qué me pasaba a mi en general.

No quería ir al ensayo, en verdad no quería. No gozaba de hacerlo, y si se podía ser más certero, no quería cruzarme con brett y recordar lo de esta madrugada.

Me sentía totalmente descolocado.

Creo que pude aceptar mucho más fácil el hecho de que Brett me gustaba, que llegaba a fantasear con él, y que aún sin tener una experiencia con una chica, Brett me gustaba.

Eso y comenzar a preguntarme si eso me hacía gay o solo bisexual.

Pero la vergüenza era lo que perduraba en mi, y lo peor es la manera en la que traté de controlarlo.

O en la que tratamos de hacer que funcionara.

*Hace unas horas*

Vale, esto es raro. Tenía mi mano en el miembro de brett y francamente no tengo ídea de si deba moverla o algo.

Supongo que es como tocarme.

En ese momento recordé aquella frase de "jalarsela a la velocidad de la luz" y no pude evitar reír al imaginar que lo hacía y la fricción creaba fuego, entonces el departamento se incendiaba.

Brett paró de besarme el cuello en cuanto me escuchó reír, pero solo se tomó unos minutos para retomar lo suyo.

Eso solo me dio un poco de tiempo de calma, cuando Brett metió su mano en mi pantalón me vi obligado a pensar en cualquier otra cosa que no fuera esto.

Literalmente estaba pensando cualquier cosa que pudiera distraerme, incluso pense en Elisa, lo cual funcionó por un rato, pero era inevitable no percatarme de la mano de brett, me iba a desmayar ahí mismo.

Mi corazón estaba latiendo tanto que casi pense que estaba a una jalada de ver a San Pedro en las puertas del cielo.

Bernard, callate.

Quité a brett de mi tan rápido como pude. Incluso creo que lo hice demasíado brusco, ya que su mirada estaba descolocada.

La acabas de cagar.

Pero no, aún no era mi fin, me lancé encima de brett, así al menos parecería el rudo sadomasoquista y no el que casi se viene a los cinco segundos de que le menten la mano en el pantalón.

Pensar correcto es lo que hago.

Pero comencé a temblar demasíado, y a diferencia de Brett, yo no sabía dónde diablos meter las manos, ni cómo besar ¿A quién engaño?

Mi respiración estaba agitada, mis manos temblaban demasíado, y Brett no tardo en notarlo.

-Bernard... creo que debemos parar.

Era oficial que lo que haríamos esa noche era únicamente tocarnos, pero Brett puso el alto que no me atreví a decir, y la verdad lo agradezco.

-Si... tienes razón.- Me alejé de él un poco hasta quedar recargado en el sillón.-Lo siento.

-No te preocupes, de cualquier forma creo que llegamos muy rápido a todo esto. Será mejor que no pase por algún tiempo.

Asentí. Y me distraje mirando la esquina de la habitación como un estúpido.

Dogman StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora