Halloween.

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(Brett)

El mundo esta loco esta noche, y no hacía falta ir muy lejos, la gente ya estaba corriendo por todos lados de tienda en tienda para comprar algo de cenar para sus fiestas, ni si quiera los culpo, yo estoy en las mismas.

Estaba anocheciendo y las luces de calabazas hechas farolas, inundaban la calle de un color anaranjado y cálido, pero Londres no parecía colaborar con su aire helado y unas enormes nubes aproximandose hacia la ciudad.

Realmente parecía el escenario de una película de terror.

Luego de aquel escenario en el que me vi envuelto hace aproximadamente un mes, había recurrido a la cocaína dos veces más, cualquiera me diría que soy un idiota, pero era extraño. Debido a que no le conté a nadie lo sucedido, el polvo blanco era el único que calmaba algunos pensamientos recurrentes, o más bien que los sustituía por euforia.
Era estúpido, si, pero parecía haberme enganchado, al menos un poco.

Así que antes de salir, me sercioré de esconderla tan bien como pudiera. Había invitado a la banda a casa para hacer algo más de provecho esta noche que drogarme únicamente.

No quería que se me fuera de las manos.

El prótocolo era ir disfrazado y solo podía imaginar cómo es que Bernard se vestiría esta noche.

-¿Brett?- instantaneamente voltee. No me había percatado que todo este rato estuve mirando una manzana en medio del mercado.

-¡Sam! ¿qué tal?- me detuve un momento a admirar el disfraz que llevaba puesto.- eres...

-Lydia Deetz.- comentó con una sonrisa.

-Claro Beetlejuice ¿no?- esta asintió.- te ves linda.

-Gracias. ¿De quién estas vestido tú?

-Pues creo que de Brett Anderson.

Sam rió y creo que no puedo culparla luego de que yo me atreva a salir a la calle con prendas rotas como si fuese un vago.

-¿Harás algo hoy?- preguntó.

-La banda vendrá a un... lo que sea que hagamos en casa, algo pequeño. ¿quieres venir?

-En realidad estaré con mis amigas, pero si tengo tiempo me puedo pasar por ahí.

Asentí, y de pronto todo se tornó algo raro ya que nadie decidia irse.

-Bueno... creo que ya me... voy.- solté.

-Claro, nos vemos luego.- sonrió.

Ambos seguimos camino a casa, ni si quiera recuerdo qué cosas me faltarón por comprar, pero regresaría en caso que algo se me pasara por alto.

•○●•

-¿Y tú eres?- pregunté al ver a Alan con su cabello alborotado. Parecía que le habían dado una descarga electrica.

-Edward.- mencionó con obviedad.- Del jóven manos de tijera.

-Pareces integrante de caifanes.

-Cierra la boca. ¿tú qué vas a usar?

Exáminé mi ropero sin ver algún disfraz rápido para usar.

-No tengo nada.

-Tienes ropa de Zorra, vistete como siempre.

-Alan.

-Sabes que es cierto.-ambos paramos de discutir en cuanto escuchamos el timbre en la puerta. Rapidamente miré a Alan.

-Abre, iré a arreglarme.

Realmente no tenía nada para ponerme, pero tenia que improvisar algo con lo que tenía en mi armario y en el de Alan.

Dogman StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora