(Brett)
Alan posó una enorme caja en la mesilla donde me dispuse a tomar té mientras escuchaba una y otra vez el disco de los Smiths que Bernard había dejado aquí la otra noche.
-¿Y eso qué?
-Traje una caja de porno.
Miré a Alan como si bromeara, pero no vi señal de que me estuviera jodiendo.
-Ah.
-Porno Gay.
-Alan.-Hablé un poco mas severo.
-Quiero dartela, quizás haya algunas cosas que te hagan aclarar tus dudas.
-Alan no quiero una maldita caja de porno gay en mi departamento. Y no tengo dudas de nada.
-Hay muy buenas peliculas aquí ¿has visto "El joven manos de tijera?"
-si.
-Pues esta es de... ya sabes.
-No la quiero Alan, hablo en serio.- me levanté dispuesto a dejarla en el cesto de basura.
-¿por qué no? Juega con él, dejalo respirar, manipulalo.
-Dasela a Bernard entonces.
-Uh, Brett, ni si quiera han pasado de un beso ¿y ya tienes problemas con "eso"?
-Devuelvelas.
-no lo haré.-comencé a perseguir a Alan hacia la salida con la caja entre manos.
-¡Quiero que te lleves la mald...!
-¡Brett por ultima vez, no quiero tu caja gigante de pornografía!- gritó abriendo la puerta.
Este hijo de puta, en el vecindario hay niños y tampoco dudo que las ancianas me vean como el depravado fetichista con pulso de pajero que se la pasa en su departamento con una muñeca inflable.
-No ¡No, Shh! No seas idiota.-Le empujé y cerré dando un portazo frente a su cara.
-¡¿yo?! ¡Já! ¡Eres tú quien quiere darme porno! ¡Ya dije que no quiero ver escuela de penes contigo!
Mientras Alan se alejaba del departamento gritando un par de estupideces más, dejé la caja en el sillón junto al tocadiscos.
A veces uno piensa que no puede haber alguién tan estúpido con vida. Pero luego miras a Alan y te das cuenta que es un verdadero milagro de la humanidad.
Fuí a la cocina, y admito que me fue inevitable no recordar a Bernard cuando vacie el cereal en el tazón.
¿Por qué lo arruiné de esta manera?
Todo hubiera sido más facil si no le hubiera besado.
Dios mio, fue su primer beso.
Si antes creía ser un idiota, ahora creo que además de ser idiota soy un egoísta total. Quizás debí decirle "Oye, estoy muy aburrido, ¿y si nos ponemos a comprobar si somos gays?"
Si, eso hubiera sido mucho mejor.
Fuí con mi plato de cereal de vuelta al sillón y subí el volumen del tocadiscos.
Ni si quiera ha venido por su disco.
Estaba pensando que quizás sea yo quien deba ir... y darselo...
No es que yo dude de algo, pero la razón por la que me impaciento es por Bernard. Ya tenía claro yo que en el pasado me había sentido atraído por hombres, incluso cuando conocí a Mat confieso que fue un pequeño flechazo, hasta que naturalmente lo vi unicamente como un amigo.
ESTÁS LEYENDO
Dogman Star
RomanceSiempre me ha resultado tremendamente absorbente ver tocar a Bernard. Incluso bajo la opaca luz de una bombilla de cuarenta vatios, dentro de un local de ensayo y lejos del brillo y el resplandor del escenario, la forma en la que se entrega absoluta...