23.

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(Bernard)

Desperté con un dolor de cabeza demasiado jodido, lo suficiente como para que no me dieran ganas nunca más de volver a beber en mucho tiempo.

Tape mi rostro con la almohada esperando que el sol que martillaba mi cabeza desapareciera, sin embargo era imposible, aún estaba algo desubicado.

De pronto me pareció que mi pecho se sentía demasíado expuesto y una corriente de aire me estremeció al percatarme de una segunda respiración al lado mio.

Dios mio ¿qué hice?

Miré hacia abajo. Bueno, ahí estaban mis pantalones.

¿Y quién me asegura que no fue un rapidito?
¿Y si es Elisa?

El corazón se me comenzó a acelerar cuando se dio la vuelta para seguir durmiendo. No quería abrir los ojos, ni si quiera quitarme la almohada de la cara.

Igual tendré que hacerlo, si es Elisa me iré corriendo.

Una, dos...

Me quité la almohada rapidamente y miré su perfil. Brett.

M i e r d a.

Fuí sentandome de a poco en la cama, junte mis pies hasta poder abrazarlos.
Estaba ahí, estático, con una respiración acompasada y el cabello revuelto.

Yo por mi parte, comenzaba a asustarme cada vez más, y no tarde en hacerme un propio escenario con dos de mis comunes personalidades.

Vale, no me duele el culo, eso es buena señal ¿no?

No.

Dios mio ¿qué le hice a Brett?
Seguramente esta desnudo bajo las sabanas.

Las sabanas.

Dios no, mi mamá las lava.

Mi vista no dejaba de rondar histericamente por la habitación buscando alguna evidencia, pero lamentablemente mi vista seguia un poco mareada.

Bernard, Santo Dios, se que a veces te odio pero en este momento te imploro me perdones por desflorarte...

-¿Bernard?-Solté un gritito al escuchar la voz de Brett.

-¿Qué diablos pasó ayer? Porque recuerdo todo excepto cuando llegamos aquí.

-No sé que estes pensando pero...

-¿Y por qué no tengo camisa?

-Deja la histeria.- comenzó a acomodarse en la cama cuando noté que tampoco tenía camisa.

-¿Por qué tampoco tienes camisa?

Brett se quedó callado mirandome con una sonrisa risueña.

-Porque ayer parecias la niña del exorcista y vomitaste tu camisa y la mía a mitad de la madrugada, Bernard.- me dió la espalda para levantarse de la cama y entonces entré en pánico.

-¡No! ¡Espera!- le tiré rápido la sábana encima y me voltee inmediatamente. No quería tener esa imagen de brett al amanecer.- No sé qué pasó ayer en la noche y no sé si haya grabación de eso pero no estoy listo para averiguarlo aún.

-Bernard no estoy desnudo.- Brett comenzó a reír.-Que hayas soñado con eso no significa que pasó.

-¡Yo no soñé nada!... me siento asqueroso. -me levanté en dirección al baño. Tambaleante y mareado aún, parecía que a mi cabeza le estaban dando martillazos.

Tenía tanta sed como para tomarme un garrafón entero.

Cerré la puerta olvidando por completo quien estaba afuera, de verdad olía a vomito, no solo yo, todo el departamento .
Me dí un baño rápido, amarré una toalla a mi cintura y salí cuidando que Brett no me viera.

Dogman StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora