Extra 01.

74 6 0
                                    

Extra 01.
--------------------

Resolviendo casos prescritos.
-----------------------------------------------------
----------------------------------------------

Con la emoción que había tenido la pequeña por cada sitio que visitaban en su semana en Rusia, la cama del hotel no tardó en ser ocupada después de una cena en el restaurante del hotel y una ducha con su "mamá".

Los adultos miraron a la niña tirada como había caído en la cama, con el pelo revuelto, el camisón arrugado y mostrando su ropa interior y panza más inchada que cuando la conocieron, los ojos cansados de la pequeña que acompañaban a una sonrisa de satisfacción al sentir como sus músculos se relajaba y yacían en la manta del sueño, la corbatura de su espalda que mostraba la comodidad y el frescor que iba adquiriendo su cuerpo a medida que se quedaba más en el mundo de Morfeo.

Cogiendo una de las mantas de los armarios de la habitación, Chuuya fue tapando a la niña con ella, viendo como las piernas antes recogidas de la menos, ahora se estiraba y acomodaban a la postura que más cómoda se le hacía a ella.

—De ésta forma, no parece para nada, la niña que nos tiraba cada dos por tres hace tres horas por las calles. — dijo Dazai, pasando el brazos por la cintura del pelirrojo a medida que este se acercaba a él.

—"Nunca digas que cuidar y aguantar a un niño es sencillo". — recitó Chuuya una de las frases que le dijo la pelirroja en el lapso de encontrar lugar a los pequeños rescatados.

—Sabias palabras Anee-san. — respondió Dazai.

Girandose y yendo hasta la cama que ambos compartirían con la pequeña, Chuuya fue el primero en tumbarse, al igual que Dazai fue el primero en sentarse y acariciar los cabellos rizados de su hermanita. —Mañana es el gran día. — dijo Dazai en voz baja para no despertar a la pequeña que ahora descansaba.

—Tengo muchas ganas de partirle la cara a ese hombre. — respondió Chuuya a la observación del castaño.

—Primero hablemos con él, y luego si eso le pegas un puñetazo de despedida. — dijo Dazai en respuesta.

—Ojalá poder hacerle lo que le hizo a Bela-san. — suspiró Chuuya viendo el rostro plácido de la niña.

—Te inculparian de asesinato y tendrían que juzgarte bajo las leyes rusas. No creo que quieras eso. — respondió Dazai para calmar los instintos asesinos de su pareja.

—Pero es una pena que éste caso haya prescrito hace ya años atrás. — se defendió Chuuya. —Por cierto, ¿tienes una foto de él? — preguntó viendo al castaño.

Dazai sacó su móvil y empezó a buscar por la galería y por Internet, hasta que dio con él. Pasándole en móvil al pelirrojo, Dazai lo observó detenidamente. —¿Piensas engañarme e irte con él?

—No gracias. Es guapo y es mi tipo, pero me costó demasiado conquistarte y no me gustan las personas que pagan a asesinos para evitar mancharse las manos. — respondió el pelirrojo.

—¿No es eso lo qué yo hacía?

—Tú al menos tenías la excusa de que eran tus subordinados. Pero no matabas a mujeres inocentes y débiles que se estaban recuperando de un parto. — explicó Chuuya con lujo de detalles.

—Pero sí he matado inocentes.

—Y yo también, a parte, no podía detenerte si mirabas a la gente con esos ojos sin vida y llenos de envidia y asco. Me excitaba demasiado como para pararte. — volvió a hablar el más bajo.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora