Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]

Capítulo 14.

Capítulo 14.
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Desayunos, Reuniones y ¿Paraderos?
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La noche fría que se acostaba poco a poco por las ventanas mientras algunos despertaban y otros decidían seguir disfrutando hasta que la luna terminara su jornada, hacía que los adultos que habían acabado durmiendo en la sala abriesen de forma lenta los ojos por la ligera luz que empezaba a entrar por sus ventanas, era extraño dormir en el sofá, pero no por ello incómodo si podían estar tan juntos y calentitos bajo una ligera pero suave y confortable sábana que se habían traído para resguardarse del frío en la madrugada.

Con quejidos bajos el doctor vio como su pareja empezaba a despertarse acariciándole los cabellos sueltos que se ponían por su cara y entorpecían su visión. —Mnn.. Buenos días.

—Buenos días. — devolvía el presidente de la Agencia mientras se desperezaba un poco en la posición en la que estaba.

Había sido una sensación rara tener al doctor encima suya mientras ambos dormían, pero no por ello incómoda al dejarle ver muchas de las expresiones que solo ponía Mori mientras dormía.

—¿Qué hora es? — preguntó el espadachín volviendo a casi el mismo acto que antes.

Mori miró a su alrededor y divisó donde estaba su móvil, cogiéndolo y encendiendo lo para divisar la hora. —Las 06:03 am.

Esta vez le tocaba al doctor desperezarse con la escusa de dejar su teléfono. —¿Nos levantamos ya? — preguntó una vez su rutina de estiramientos había finalizado.

—Sí... — decía cansado el de cabellos plateados.

Con una risa y un poco de movimiento el doctor le dio el primer beso de lo buenos días en la mandíbula, para poco después recibir uno a cambio en la frente.

Era tierno y extraño ver a aquellos dos dándose esa clase de regalos el uno al otro, pues normalmente actuaban como dos adultos normales y en todo caso uno de los dos (más específicamente Mori) hacía alguna insinuación o broma sucia con tonos de humor verde hacia el contrario; pero no era habitual verlos actuar de forma tan cariñosa entre ellos.

—Voy a despertar a Dazai-kun y a Rose-chan. — decía Mori para levantarse de su cómoda almohada humana y deambular por los pasillos aún medio dormido.

Abriendo la puerta del cuarto encontró una escena aún más inusual que el a verse mostrado cariñoso con su pareja.

Encima de la cama se podía ver a ambos castaños durmiendo con una paz tan grande que nadie hubiera pensado que habían llegado allí heridos y apurados. La más joven de la familia se encontraba ahora abrazando como podía a su hermano sin lastimarlo mientras hundía su cara en el pecho de éste. Dazai por el contrario podía encontrarse abrazando a la más pequeña por debajo de la sábanas con el único brazo bueno que aún tenía.
Ambos tan calmados y tranquilos que hasta daba paz verlos.

Para Mori era extraño ver a su hijo mayor mostrar tanto amor y cercanía con alguno de sus hermanos, y ver aquello y el como las comisuras que formaban la boca de Dazai tiraban ligeramente para arriba, lo hizo pensar que a lo mejor su "fase rebelde" no le había hecho tanto mal como él pensaba.

Apoyándose en el marco de la puerta no evitó ver durante un rato más aquella escena tan tierna y acogedora que le mostraban los hermanos.