Capítulo 13.

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Capítulo 13.
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Relaciones al Descubierto, Preguntas a Cambio de Favores y Pasillos Ruidosos.
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La luz del techo se colaba por sus finas pestañas que temían separarse por el escozor que sentían los órganos debajo de ellos.

—Da...zai.. — escuchaba por alguna parte de su alrededor.
Nublando completa y absolutamente aquella voz en la lejanía incierta, un fuerte dolor agudo que se clavaba como agujas en su brazo se hizo notar sin miedo a provocarle un gran dolor.

—Dazai.. — otra vez aquella voz que lo llamaba se hacía sonar por su alrededor.

Por alguna razón sus párpados intentaron hacer un gran esfuerzo por abrirse, casi sintiendo impotencia al saber que era incapaz.

—¡Dazai!

Con aquel fuerte grito que inundó sus oídos, sus párpados pesados parecieron dejar el plomo de lado y hacer que los levantaran dos aves con mucha fuerza, obligándolo a ajustar aun así la fuerte luz sobre él.

Sus dedos se movían por que podía sentir, y su mano también, aquello era buena señal al menos.

—¡Dazai! — y con aquel gritó tan cercano a él, un ligero peso se lanzó sobre él, guiándolo a ver una figura de tonos castaños oscuros que lo tapaban de la luz.

¡Rose-chan eso es peligroso! ¡Podrías a verle abierto las heridas de nuevo! — regaño una voz familiar a lo que parecía ser un lateral suyo.

Levantando su mano herida logró encontrar la fuente de todos esos gritos, posando su palma por lo que parecía ser por su tacto aún presente algo de textura suave, posiblemente el pelo.

—¡Dazai!

—Baja la voz, gracias. — dijo tan, pero tan bajo y lento que la figura pareció que lo procesó de forma lenta.

Rose estaba con él, encima de él; ahí dispuesta a traerlo de las garras de la muerte si éstas querían llevárselo. Aquella vista no era favorecedora, pues ver como la más joven empezaba a verse de forma más clara, lo dejaba con un poco de preocupación al ver las marcas rojas bajo sus ojos.
Pasando el pulgar por aquella zona, soltó una sonrisa para calmar (o intentar) el corazón más joven. —No llores. Estoy aquí, no me voy a ir. — dijo de nuevo de forma lenta y un poco más alto que antes.

—Dazai. No te fuerces a hablar si no puedes. — hablaba una voz a los pies de la cama; abriendo un poco los párpados vio sorprendido a su jefe.

—¡Presiden-! — nombró en un grito Dazai para poco después quejarse echando su cabeza hacia atrás por un agudo dolor en la cabeza.

—No te fuerces. — dijo aquella voz familiar con anterioridad escuchada. Fijándose mejor vio a Morí sentado a su lado con ropa bastante informal, al igual que su jefe.

—¿Mori-san? — preguntó Dazai extrañado de ver a su jefe y padre juntos en una habitación que desconocía. —¿Por qué está usted aquí? ¿No era esta la casa del presidente? — preguntó extrañado el castaño sin despegar su vista de ambos adultos, ni de mover su mano sobre el cabello suave y sedoso de la joven encima suya.

—No preguntes y concentra te en explicar la situación. — pidió su jefe para así evadir el tema el cuál estaba más que claro que quería evitar.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora