Capítulo 46.

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Capítulo 46.
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Ataque.
(Parte Dos)
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Previamente:

Listo para atacar y llevar a cabo su plan, Dazai revisó por última vez sus puntos vitales en la estrategia, ¿pero quién le iba a decir que el objetivo había dejado en menos de un segundo su casilla?
Sencillo, nadie de los cuatro presentes, solo una pequeña que se dejó ver después de haberse quedado en suspensión aérea durante unos segundos.

Aterrizando, la niña de cabellos castaños se dejó ver.

—¡¡¿Rose?!!

Tocando el suelo con las puntillas de los pies, Dazai pudo ver como la figura que allí se posaba era la de su hermanita pequeña, dejándole desconcertado a la vez que preocupado

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Tocando el suelo con las puntillas de los pies, Dazai pudo ver como la figura que allí se posaba era la de su hermanita pequeña, dejándole desconcertado a la vez que preocupado.

Ignorando el grito y llamado de su hermano, la niña estaba más ocupada haciendo lo que consideraba correcto y acertado en esa situación, así que con un pequeño paso que la permitió avanzar en cuestión de milésimas de segundos varios metros, la niña no se tomó ni un segundo a mirar la cara del hombre al que acabaría golpeando con todas sus fuerzas, llevando consigo una onda expansiva que no tardó en crear una pared de humo y viento por el impacto del cuerpo contra el muro de la celda blindada tras el yeso.

Con los ojos bañados en sangre y con un distintivo color amarillo, la menor se dedicó a comprobar desde lejos que su objetivo había sido reducido o inmovilizado por los escombros de la pared y techo caídos.

Sus orejas y cola dejaron en claro su alerta máxima, pero sus ojos demostraban que bajo cualquier pequeño movimiento dentro de la nube de humo, no dudaría en meterse y acabar con su objetivo de una vez por todas, aunque eso conllevase destruir el edificio entero.

—¡¡Rose!! — llamó Dazai, que había hecho de barrera para que el humo no invadiese del todo los pulmones de las chicas que se llevarían todo el ataque de una.

La menor dejó de estar tan alerta cuando escuchó a su hermano gritarla e ir hacia ella.

—¡¡Dazai-san!! — exclamó aliviada la niña, no tardando en alcanzar al adulto y abrazarlo, sintiendo como el mayor le devolvía el abrazo con aun más fuerza.

Separándose, Dazai tomó a la niña por los hombros y se agachó, para verla directamente a los ojos. —¿Cómo llegaste aquí? — aunque su voz sonaba preocupada, los tintes de enfado no podían irse por mucho que los lavara.

—Sentí que algo estaba mal y poco después papá y Fukuzawa-san salieron del coche. Entonces me preocupé y me apresuré en venir aquí. — dijo la niña.

—¿Saben ellos que estas aquí? — preguntó ahora.

—No. — respondió la niña, siguiendo sus palabras con el negar de su cabeza.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora