Capítulo 20.

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Capítulo 20.
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Un poco de Tranquilidad no viene Mal ¿No?.
(Segunda Parte)
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¡Buenos días a todos! — exclamó enérgico el castaño nada más entrar por la puerta de la Agencia, llevándose alguna que otra mirada rápida o alguna sorprendida.

Viendo la escena delante de él, se dio cuenta de que algo iba mal. Todos estaban en la sala, sin ninguna excepción; algo pasaba, eso seguro.

—Buenos días, Dazai-san. — llamó Atsushi desde su asiento.

—Buenos días Atsushi-kun. — devolvía el castaño percatándose en su camino a la mesa de las vendas que rodeaban brazos y cuello del albino. —¿Y esas heridas?

—Ayer mientras iba a comprar la cena me encontré con Akutagawa y nos pusimos a pelear. — reportó con una ligera gota de sudor cayendo de su frente al recordar lo ridículo que había sido su encuentro con el perro.

—Mocoso, ¿estás bien? — preguntó Kunikida enfrente del albino con unos papeles en sus manos.

—Sí, sí, no seas tímido, sabes bien que puedo curarte. — habló Yosano recargada en una pared leyendo también unos papeles.

—Gracias por la oferta pero estoy bien, de verdad. — respondió nervioso el albino al recordar la última vez que la doctora lo atendió por un simple corte.

—Como tú quieras. — respondió con indiferencia la doctora.

—Por ciertooo~~.. ¿Por qué estamos todos en la misma sala? — preguntó al fin Dazai, quitándole la pregunta de la lengua a la mayoría de los presentes en aquella sala.

—No sabemos, el presidente solo nos pidió que viniéramos aquí. — respondió Kunikida de nuevo.

—Sí, y ya está tardando en llegar. — decía el detective de mirada afilada desde su silla.

—Rampo-san, calme se. — pidió Tanizaki.

Y como si las suplicas de Rampo hubiesen sido escuchadas, el hombre alto y de cabellos platinos hizo presencia en la sala.

—¡Presidente! — respondieron todos casi al unísono al ver la silueta de su jefe en el marco de la puerta.

Alzando su mano para que todos mantuvieran el silencio, habló. —Dazai, ¿y la niña? — preguntó a pesar de saber su respuesta.

—En casa, al cuidado del enano pelirrojo. — habló con seriedad.

—¿La has dejado con alguien de la mafia? — habló Kunikida.

—La he dejado con alguien de confianza. — volvió a decir.

—Es de la mafia, no es de confianza Dazai. — habló de nuevo el rubio.

—Es Chuuya, un enano pelirrojo con complejo tsundere que se hace el duro y luego es un blando. No va a hacerla nada. — defendió el castaño.

—Sigue siendo de la mafia Dazai-san... — habló ahora Tanizaki.

—Y yo sigo diciendo que es alguien de confianza.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora