Capítulo 18.

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Capítulo 18.
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El Ajedrez no es un Mal Juego para Aprender.
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Con la cuesta de por medio, el atardecer cubría las espaldas del dúo que de vez en cuando pelaban, pero que otras solo veían como la menor que cargaba el más alto se revolvía o refunfuñaba por alguna cosa en sueños.

—Sí que debe estar cansada. — dijo Dazai al ver como por mucho subir y bajar por culpa de sus pasos, su hermanita ni se inmutaba.

—No es de extrañar después de jugar cuatro partidos seguidos. — dijo Chuuya viendo la hora en su móvil. —Son las ocho y veinte, ¿tienes algo pensado para la cena? — preguntó curioso el pelirrojo mientras guardaba de nuevo su móvil en un bolsillo trasero.

—Creo que haré algo de arroz y lo que pille por la nevera. — dijo quitando algunos mechones de la cara de Rose.

—No creo que con eso coma, ¿te ayudo? — preguntó viendo como la cuesta se iba disipando a medida que avanzaban por la calle.
Frenando en seco, Dazai miró a Chuuya expectante sin saber responder a su pregunta. —¿Qué?

—¿Desde cuándo te preocupas por mí? — preguntó Dazai sin malas intenciones.

—¡¿AAAHHHH?! ¡¿QUIÉN A DICHO QUÉ SEA POR TI?! — exclamó Chuuya fastidiado. Como respuesta recibió un gruñido de la menor aún en medio de su sueño. Como acto reflejo se tapó la boca, como si ésta emitiese o fuese a cubrir o impedir salir algún sonido.

Por las acciones del pelirrojo, Dazai no pudo evitar soltar una risotada que despertó por completo a su hermana con un susto. —Perdón... Es solo... Duerme de nuevo... — pedía Dazai recuperándose de la comedia que había visto. Haciendo caso, Rose miró a Chuuya desde el pecho de Dazai.

—¡¿De qué te ríes bastardo?! — preguntó furioso Chuuya por la risa que no entendía a que venía.

—De ti. — confesó Dazai con obvias intenciones de molestar al más bajo.

—¡¿AAAHHH?! — de forma inconsciente, Chuuya agradecía que no hubiese mucha gente por las calles a esas horas, porque sino se moriría de vergüenza.

Sacando la lengua, Dazai recibió un tirón flojo de su camisa como señal de que se callaran ambos.

°•~~~•°

Los minutos pasaban y ambos adultos mantenían el silencio a flote por no despertar a la niña de nuevo dormida. La cuesta ya dejada atrás ahora era reemplazada por las largas calles que daban a parar a diferentes establecimientos o portales. La puesta de sol tras ellos era hermosa, pero ninguno se giraba a apreciarla y solo continuaban el camino hasta el destino que ambos habían marcado sin mencionar palabra.

—Chuuya. — habló Dazai rompiendo aquel silencio. Los rayos de sol que aún se dejaban ver mostraban sus sombras en el suelo; ver aquellas sombras le hacían sentir nostálgico por alguna extraña razón.

—¿Qué quieres bastardo? — preguntó Chuuya viendo el camino enfrente de sus narices.

—¿Recuerdas las peleas que teníamos para qué Akutagawa-kun se metiera en la bañera? — preguntó Dazai sin apartar su vista del su "él" y sin darse cuenta de su expresión de nostalgia y diversión.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora