Capítulo 21.

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Capítulo 21.
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Un poco de Tranquilidad no viene Mal ¿No?.
(Tercera Parte)
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-¡¡Llegué!! - gritó el castaño una vez sus pies al fin tocaron el genkan de su casa. La energía parecía haber vuelto a su cuerpo y su forma gritona de expresarse también.

Llamando la atención de todos los de la casa, Dazai empezó a escuchar pasos muy rápidos dirigirse hacia él al son del grito de "¡¡DAZAIIII-SAAAAAAAAAAAN!! " provenientes de una niña que poco le falto para saltar encima del castaño, pero que se frenó solo para abrazar sus piernas que tocaban ya el parqué del suelo.

-¡Rose-chan! - saludó Dazai mientras elevaba a la menor hasta su altura y ahora sí recibía el abrazo de la menor. -Yo también me alegro de verte. ¿Qué tal el día? ¿Muy aburrida?

Negando en un primer instante como respuesta, la sonrisa que tenía ahora la menor no se había ido en ningún momento desde que llegó el castaño mayor. -Hoy Chuuya-san me ha leído una historia y luego he jugado mucho a las cartas, más tarde han venido una señorita y el hombre alto y pálido que viste de negro y he hablado y jugado con ellos. - cada cosa que decía parecía emocionar la más que la anterior, contagiando la sonrisa a mayor al igual que su energía.

-Ya veo. Entonces supongo que como te lo has pasado tan bien no me necesitas ¿no? - jugó Dazai mientras intentaba alejar a Rose de él. Consiguiéndolo, la dejó en el suelo y se adentro en la casa, y escuchando como alguien tarareaba en el cuarto de invitados. A paso no muy rápido pero sin necesidad de parecer una tortuga, Dazai llegó al cuarto y divisó como el pelirrojo doblaba y doblaba ropa de diferentes temporadas al igual que colores, pero todas ellas para niña.
Era... ¿Tierno? Ver aquello; es decir; por alguna extraña razón verlo le recordaba a un ama de casa feliz, viendo como con una sonrisa doblaba la ropa mientras se retiraba algunos mechones que se habían soltado de la coleta que se había echó para trabajar. No sabía, por alguna razón, no le incomodaba ni le parecía gracioso ver aquello, sino más bien... ¿Añorable? Ni él mismo lo sabía.

-¿Te diviertes siendo un ama de casa? - comentó Dazai saliendo de su trance al ver al pelirrojo allí doblando ropa.

-Calla te montón de vendas. Si no lo hacía yo, no lo ibas a hacer tú. - se defendía el pelirrojo ignorando el cambio de humor que podría haber tenido de no ser por lo relajado que se encontraba ahora.

-¿El ser un ama de casa? Tranquilo eso te queda mejor a ti. - dijo mientras se quitaba la gabardina y la dejaba en una de las camas.

-Si me quieres intentar molestar no lo vas a lograr imbécil. - advirtió Chuuya sin cambiar ni de humor ni de expresión, incluso ni hacia donde miraba. Ahora le importaba la ropa, no el montón de vendajes que lo volvían idiota.

-¿Y eso por qué? - preguntó Dazai extrañado por esa respuesta y tono que le había dado en respuesta el pelirrojo a sus espaldas.

-¿Quién sabe? ¡Rose, si me escuchas, que sepas que la bañera está lista! - avisó el pelirrojo con un fuerte volumen que seguro se escuchaba por toda la casa.

Al cabo de unos segundos, la menor apareció por la habitación con la energía de una niña a su edad y se acercó a Chuuya. -¿Recuerdas los champús que te dije que usaras?

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora