Capítulo 36.

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Capítulo 36.
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Las Explicaciones a veces son Traicioneras.
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—Helena-san. — llamó Atsushi desde el interior del coche mientras la doctora manejaba el todoterreno. —¿Podría explicarnos a qué viene todo esto? — preguntó algo confundido desde el asiento trasero.

—Cyan a hecho link con Rose. Eso quiere decir que es inestable. — explicó la doctora parándose en un semáforo en rojo.

—¿Y eso a nosotros que nos importa? — preguntó el perro desde atrás cruzando sus brazos.

—Demasiado. Si Cyan se descontrola puede ser capaz de masacrar más de 10 hectáreas de distancia. Si ponemos encima que la dejaran en medio de toda Yokohama...

—Destruiría la Agencia y la Mafia. — continuó Akutagawa.

—Y las víctimas serían demasiadas. — continuó Atsushi.

—Exacto. Por eso necesito que ataquéis ahora. — dijo la doctora poniendo en marcha el coche.

—¿Pero cómo? Si nos metemos ahora ¿no alteraríamos más a Cyan-san? — preguntó el albino tigre.

—Para poder volver al trabajo tuve que volver a la Agencia porque se me olvidaba decirles algo. Cuando llegué fui a hablar con tu jefe Atsushi-san y el me dijo lo siguiente. — frenó sus palabras y cogió aire. —"Puedes volver pero llevate a Atsushi y al perro de la mafia." — dijo la joven.

—¿El presidente dijo eso? — preguntó Atsushi con los ojos un poco abiertos por la sorpresa.

—Sí, por eso necesito que vengáis conmigo y os hagáis pasar por unos jóvenes reclutas que quieres entrar a la investigación. — dijo la doctora girando justo en un paso de tierra.

—No sabemos de ciencia. — comentó Akutagawa.

—No estoy diciendo que os unáis al equipo científico ni a ningún departamento, sino a los guardias que protegen y vigilan las entradas y salidas de cada habitación y planta. — explicó la doctora dando un pequeño golpe en el volante por culpa de unas ovejas que tuvieron que ponerse en medio por un paseo nocturno.

—Eso sí pinta más para nosotros. — dijo el perro mafioso con una sonrisa algo espeluznante en su rostro.

—Pero Helena-san, ¿cómo piensa hacerlo? — dijo Atsushi.

—Sencillo, os llevaré hasta el hombre que maneja todo. — dijo seria y cortante con impaciencia a que se apartaran las ovejas de en medio. —Ah es verdad. Atsushi-san, pase me el maletín que hay entre ambos, en el suelo, por favor. — pidió la doctora.

Haciendo caso de lo pedido, Atsushi cogió el maletín y se lo pasó.

—Gracias. — dijo la doctora parando el coche y abriendo el maletín. Con eso hecho, abrió la puerta que daba a ella y rodeó el coche hasta el asiento del subcopiloto donde había, dejado el maletín. Abriendo la puerta de Atsushi como la del su copiloto, la mujer fue indicando al albino que se desabrochase el cinturón y la viera de espaldas para poder ponerle una cosa.

—Helena-san, ¿qué me va a poner? — preguntó el tigre con miedo.

—La misma sustancia que creo que hace que Rose y Cyan se puedan comunicar. — comentó la doctora echando un liquido frío encima de la piel de la nuca del tigre.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora