Capítulo 40.

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Capítulo 40.
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Los Días Tranquilos A Veces Pueden Atraer Tormentas.

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La noche empezaba a dejarse atrapar por los rayos del alba mientras que ambos adultos caían al fin rendidos en la cama.
Seguramente fuesen ya las cuatro de la mañana, pero poco les importaba a ambos que se perdían en los ojos ajenos y en el calor que ahora compartían en la misma habitación.

Acercándose hasta los labios del más bajo, Dazai los besó con sumo cuidado, dejándole paso a el escenario de la obra que poco tiempo le tomaría representar con su compañero.

No mentiría, jamás pensó que llegaría a eso, pero tampoco negaría que lo había disfrutado de una forma que nunca imaginó que lo llenaría de tanto placer y satisfacción.

Pasando sus brazos por el cuello semi vendado del castaño dejándolos morir en la almohada que ahora compartían, Chuuya no negó la lluvia de beso que ahora tenía con el castaño que lo mantenía abrazado de la cintura.

Poco le importaba como se viera, si podía mantener ese calor en su pecho y el deseo del roce de ambas pieles juntas durante milenios, así lo gozaría encantado.

Separándose y dejando sus brazos a ambos lados del pelirrojo, Dazai lo miró desde arriba mientras dejaba que el pelirrojo le tocase el pelo que seguramente tuviese revuelto.

Sonriendo al ver la sonrisa del pelirrojo debajo de él, Dazai recordó el mensaje que tenía que entregarle a Chuuya. —Ah, es verdad. — dijo mirando al pelirrojo que había parado de jugar con su pelo por la impresión que le dio la voz de su compañero en tal silencio. —Rose-chan me pidió que te dijese algo. — dijo Dazai viendo como ahora su ángel estaba riendo con su boca ladeada al hacerle recordar tal cosa en esos momentos.

—¿Tiene qué ser ahora, momia? — preguntó Chuuya volviendo a jugar con el pelo castaño después de esa risa débil que tenía.

Besando de nuevo la hermosa boca de su ángel, Dazai volvió a hablar. —Sí... — dijo y poco después volvió a besar al pelirrojo. —Rose-chan me pidió que te dijera que no estés triste y que si lo estás, pienses en que tanto ella, cómo yo, como muchas otras personas te queremos y te ayudaremos; o algo así.. — dijo terminando con una risa nerviosa y cansada el castaño al ver que o no había prestado atención a las palabras de la niña, o que su memoria auditiva empezaba a fallar.

Cogiendo aire, el pelirrojo dejó caer su brazo sobre la cama para después suspirar. —Esa niña es un ángel. — dijo cerrando sus ojos. —¿Cómo...?

—¿Acertó? — terminó Dazai aquella preguntó. —No lo sé. También lo hace conmigo sin que yo lo sepa. — dijo Dazai riendo al recordar las veces que la niña lo había intentado animar cuando veía que caía en un bajón emocional del que nadie se daba cuenta por su actuación.

—¿Tiene una segunda habilidad? ¿Es eso posible? — preguntó Chuuya mirando al techo.

Riendo por las preguntas del pelirrojo, Dazai respondió dejándose caer el lado del pelirrojo. —No lo sé. Puede que sea intuición femenina. — dijo Dazai imitando al pelirrojo en mirar al techo.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora