Capítulo 10.

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Capítulo 10
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Que empiece la Guerra por Ropa, Agua y la Verdad.
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Por alguna extraña razón el castaño se despertó sintiendo algo de peso sobre su pecho, y por ende como si le costara respirar (aunque esa no fuese la causa de su despertar). Viendo el techo blanco sobre él, desvío su vista al ventanal de la terraza, logrando ver el cielo azul y los rayos de luz pasando por los cristales.
Volviendo a la sensación de asfixia ligera; pasó uno de sus brazos por encima de las sábanas, justo donde debería hallarse su pecho. Alarmándose al no sentir como su mano tocaba la tela de la camiseta del pijama, se intentó levantar pero un peso mayor se lo impidió, levantando así la sábana y encontrándose con que la menor se encontraba debajo de las sábanas blancas. -Ya decía yo que hacía un poco de calor. - pensó Dazai mientras veía el rostro de la menor apoyado en su pecho.
Aunque siguiese dormido no quitaba el hecho de que razonara o se preguntara sobre el porqué la pequeña estaba bajo sus sabanas.
Al sentir como la pequeña se encogía (posiblemente por alguna brisa matutina que entraba por el hueco que había levantado el castaño), Dazai volvió a bajar la sábana para mirar de nuevo el techo sobre él. -Es cálida. - pensaba mientras pasaba su mano por la espalda cubierta de la pequeña. -Y pequeña. - pensaba mientras sentía como sus ojos se cerraban poco a poco por culpa del sueño. -Qué gusto...

Para desgracia del castaño la alarma de su móvil sonó, lista para fastidiar en el mejor momento. Con desgana deshizo el pequeño abrazo que le daba la pequeña para buscar su móvil sin muchos ánimos.
Una vez logró apagar la maldita alarma, tiró el móvil por alguna parte de la cama.
Resoplando pensó en despertar a la pequeña, llagando le la idea de zarandear la un poco para que despertara sin mucho susto. -Rose-chan, Rose-chan. - llamaba el castaño a la pequeña, haciendo que poco a poco abriera los ojos y se los frotara por culpa de la repentina claridad del ambiente. -Buenos días. - saludó mientras sentía a la pequeña sentarse sobre él. -¿Dormiste bien? - preguntó mientras tomaba la pequeña cintura de la menor para que no se cayera por culpa del sueño. Ésta asintió como respuesta y se frotó los ojos con un reverso de la camisa que tenía de pijama. -¿Vamos a desayunar? - preguntó Dazai después de reír un poco por los gestos de la menor.

Ambos hermanos ya despiertos se dispusieron a andar por el apartamento aún con los ojos entrecerrados por culpa de la fuerte luz. Llegando así a la cocina; encontrándose con la grata sorpresa de un fuerte y delicioso olor. -Buenos días. - bostezaba el castaño al moreno que jugaba aún con la sartén.

-Buenos días Dazai-san.

-¿Qué hay de desayuno? - preguntó el castaño mientras se guiaba un poco por el olor de la comida.

-Crêpes con chocolate y un poco de arroz. El café se está haciendo aún. - decía Akutagawa dándole la vuelta a la crêpe que tenía en la sartén.

-Que buena pinta. - volvía a bostezar Dazai.

Mientras ambos tenían aquella conversación, la pequeña miraba por el marco de la puerta que daba a la cocina, distrayéndose de la conversación al escuchar los fuertes pasos de alguien.

-Dazai. - llamó una voz por las espaldas del castaño, logrando que este se volteara a ver de donde provenía aquella voz, llevándose el cubo de la fregona como recompensa por la curiosidad. -¡No pises el suelo! - gritaba el pelirrojo indignado mientras veía como el agua caía del pelo del castaño mientras el cubo le servía de casco.

Es Realmente Buena Idea [Bungou Stray Dogs]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora