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Jin se encontraba en el jardín de su casa, cortando los tallos y hojas secas de las rosas que adornaban el jardín, una señora ya mayor bajita, delgada con cabello entre canoso corto, proveniente de la casa llevaba sobre una charola una jarra con agua de limón y dos vasos con hielo extra, era un día de verano muy caluroso, la señora sonreía mientras llamaba a un joven pelinegro para que se acercara, en el jardín había una mesa con sombrilla y 4 sillas, el chico se acercó gustoso y tomo el vaso que le extendía tomándolo completamente.
-Despacio hijo, si la tomas tan de prisa dolerá tu cabeza –decía mientras acariciaba el hombro del pelinegro, la señora al lado de él era bastante pequeña.
-¡Está deliciosa! Sobre todo, en este día –decía mientras secaba el sudor de su frente.
-Me alegra tanto que estés feliz –decía con cierta melancolía en su voz.
Jin se acercó a ella y la abrazó, segundos que para él fueron tan valiosos, un abrazo cálido, que se sentía tan real.
-Te he extrañado tanto....
-Ya no estarás solo hijo.... –lo miraba con ternura mientras acariciaba su rostro- ya no llores por mí, vive felizmente, sonríe... tu sonrisa es hermosa, ya no cargues un pesado luto en tu corazón.
Las lágrimas amenazaban en salir, pero las contuvo y le dedicó una hermosa sonrisa.
- ¿Ya no volveré a verte? –decía mientras retenía su mano sobre sobre su mejilla.
-Siempre estaré contigo cuidándote....
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Cuando Jin despertó el sol estaba ya en lo alto y se filtraban los rayos por las cortinas de la ventana, había tenido un sueño muy hermoso, como hace tiempo no tenía. Nam se encontraba frente a él abrazándolo, éste aún se encontraba plácidamente dormido, el chico se sorprendió pero no dijo nada, sin embargo, había algo que lo inquietaba y es que le estaba haciendo sentir cosas que nunca había sentido, paso su mano ligeramente sobre su rostro su piel era suave, lo contemplo por un momento y en ese instante aflojó el agarre de su abrazo permitiendo así al pelinegro poder moverse a libertad, quitando su brazo que sujetaba levemente su cintura, se sentó sobre la cama, en su celular se podía ver que eran cerca de las 11 de la mañana, poniéndose de pie, tomo ropa del closet y se dirigió al baño, después de una ducha placentera salió nuevamente a la habitación, Nam seguía dormido, no quiso despertarlo, ya que lo más seguro es que él había dormido hasta muy tarde, además lo había llevado a él a la habitación, ese pensamiento lo hizo sonrojar levemente. Bajo a la cocina para preparar el desayuno, cuando hubo terminado subió a levantar al chico que aún seguía perdido en sueños, sin embargo, éste se negaba a hacerlo.
-Nam despierta, hay que desayunar.... –moviendo por el hombro al que se negaba a levantar.
-No... quiero... -respondía éste dándose la vuelta.
-Nam por favor, ya es tarde y yo tengo hambre. –ahora lo movía con más insistencia.
Nam volvió a voltearse, tomando a Jin por el brazo y a este por sorpresa, lo atrajo hacia si cayendo sobre la cama a un lado suyo, este lo envolvió en sus brazos y colocando su cabeza entre el cuello del pelinegro aspirando el aroma fresco que desprendía el chico.
-Hueles muy bien, hay que seguir durmiendo –Jin se encontraba en la incandescencia y el nerviosismo y Nam los envolvía a ambos entre las colchas, pasaron unos minutos cuando algo alerto al moreno, abriendo de golpe sus ojos mirando al chico que se encontraba en sus brazos.
-¡Perdóname...! yo, en verdad... -Poniéndose de pie en un salto, su nerviosismo era tal, jamás se había imaginado hacer eso, su rostro se puso en diferentes tonos de rojo que resaltaron aún más al recordar lo que había hecho la noche anterior. Jin se incorporaba en la cama, su rostro tenia cierto rubor, sin embargo, trataba de controlarse.
-Ya no te preocupes, estabas dormido, el desayuno ya está listo, así que te recomiendo que bajes primero a desayunar y ya después te alistes.
- ¿Alistarme? –Parecía que Nam no recordaba ya nada.
-Dijiste que tenías actividades planeadas conmigo, ¿no? –mientras ladeaba su cabeza y lo miraba con curiosidad.
Nam pasaba sus manos por la cara y cabello, lo había olvidado totalmente, y es que desde que se había dormido, sintió que no quería despertar, su cuerpo se sentía tan relajado.
-Claro, claro, perdón, tenía tanto sueño... bien, bajemos a desayunar.
Ambos chicos bajaron, Jin había preparado hot cakes, huevos acompañados con tocino, un poco de fruta picada, jugo y leche. A Nam le encantaba la comida que preparaba el pelinegro, era muy bueno cocinando, pero sobre todo sus comidas eras abundantes, era de muy buen comer, pese a lo delgado que era. Cuando terminaron el moreno se ofreció a lavar los trastes, pero Jin no se lo permitió, mandándolo a alistarse, obedeciendo, después de unos 20 minutos bajaba ya listo, el pelinegro se encontraba en la sala mirando televisión.
-Bueno ¿ya estás listo? –Jin asintió y lo miro con cierta curiosidad.
Nam lo llevo al parque de diversiones, lo que no contaba es que Jin era un completo cobarde, no se subía a todos los juegos a los que hubiera querido hacerlo, así que al final solo subían en aquellos a los que el pelinegro quería, comieron helado y algodón de azúcar, pese a todo ambos se estaban divirtiendo. Ya para las cerca de las seis de la tarde fueron a comer a un restaurante, ambos chicos tenían un humor muy animado, no paraban de hacer bromas y reían a sus anchas, la gente en el restaurante los regresaba a ver, puesto que Jin tenía una risa bastante escandalosa que llamaba la atención, el tiempo paso muy rápido para ambos, llevaban cerca de tres horas en el lugar, aunque ya habían terminado sus comidas la charla era muy amena. Salieron del lugar, ya había anochecido, Jin creía que irían a su casa, sin embargo, Nam aún tenía un lugar al que quería ir.
- ¿A dónde vamos ahora? –Preguntaba con curiosidad, ya que no acertaba en que pasaba por la mente de Nam.
-Ya lo verás, solo espera un poco. –le decía mientras guiñaba un ojo y ensanchaba su sonrisa mostrando sus pequeños hoyuelos.
Se dirigieron en un taxi a la zona costera de la ciudad, al parecer Nam tenía la intención de hacer un recorrido en Yate. Jin por su parte se encontraba emocionado, era la primera vez que estaría en uno, le encantaba el mar, el moreno podía ver la emoción que embargaba al chico. Al subir Nam dio los boletos, Jin estaba maravillado.
-Wow... ¿Cómo conseguiste los boletos? Para hacer una reservación se necesitan meses de antelación –el yate era de lujo y era verdad lo que decía, su demanda era tal que hacer una reservación tenía que ser con mucho tiempo de antelación.
-Bueno, tengo algunos contactos –decía mientras se encogía de hombros- veo que te gusta la sorpresa.
-¡Me encanta! Tenía muchísimas ganas de venir a un tour, pero era tan difícil conseguir boletos –sus palabras y su rostro mostraban una emoción que a Nam le enorgullecía haber llevado a cabo esa idea.
Cerca de las 10:30 el yate salió a realizar el recorrido que se hacía sobre la bahía, el ambiente era sorprendente y la música ni se diga, Jin estaba disfrutando tanto, se veía tan feliz que no dudo en ponerse a bailar mientras la música en vivo sonaba, tomo a Nam de la mano y lo animó a bailar con él, aunque éste se resistió al principio terminó accediendo, pese a que no sabía bailar hacia el intento para complacer a Jin.
Las horas del recorrido pasaron tan rápidamente, que se podía ver al yate retornar, los chicos se encontraban en la parte posterior de éste refrescándose del cálido ambiente mientras disfrutaban de la vista y la suave brisa.
-Todo este día ha sido tan genial, hacia tanto que no me divertía así, muchas gracias Nam... -Jin le dedicaba una sonrisa sincera.
-No hay de qué, en verdad me alegra que te estés divirtiendo tanto –le decía el chico mientras se recargaba sobre el barandal, Jin lo imito, ambos comenzaron a bromear nuevamente y después de unos minutos regresaron al bullicio de la música disfrutando del tiempo que quedaba.
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(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•
FanfictionKim Seok Jin, es un chico popular, pero a la vez solitario, su bella apariencia trae consigo problemas debido a los novios celosos de sus compañeras de escuela; un día Kim Nam Joon lo salva de casi morir en las manos de sus agresores. Agradecido co...