CAPÍTULO 31

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Al llegar a la entrada, afuera ya lo esperaba Nam con un pequeño ramo de lirios rosas, corrió hacia él y se echó a sus brazos, quien fue recibido con un fuerte abrazo. Nam le extendió las flores y le dio un beso fugaz en los labios.

-Gracias... son hermosas.

-No igual que tú -el pelinegro se había sonrojado completamente, ambos se adentraron en el auto-. Hoy lucias tan genial, tuve que contenerme las ganas de entrar a la sala de juntas a besarte.

-Solo lo dices porque me amas, pero no fue así...

-Claro que si, en verdad que a todos nos sorprendiste, jamás había visto a hyung tan desconcertado por un novato.

-Fue demasiado intimidante.

-En este tipo de situaciones la intimidación es una máscara, espero no la tengas que usar todo el tiempo, es demasiado cansado llevarla -acariciaba el rostro de Jin-, pero olvidemos esto, quiero que pasemos el resto de la tarde juntos, ¿A dónde quieres ir?

-Realmente no tengo ganas de ir a ningún lado, fue un día muy pesado, mejor vayamos a la casa, pedimos algo y pasamos la tarde viendo películas ¿sí?

-Me parece bien, pero... ¿Qué te parece si esta vez vamos a mi departamento? Tengo una sorpresa que quiero que veas -el pelinegro se había ruborizado un poco, tenía que reconocer que Nam pasaba más tiempo en su casa que en su propio departamento.

Pasaron primero a la casa de Jin por algunas cosas, pese a que Nam le había ofrecido comprar lo que necesitara en el camino, este se negó, lleno una pequeña mochila con lo necesario, además llevaba una bolsa de regalo con él, al llegar al auto se la extendió.

-Espero que te guste... -el moreno tomo la bolsa, pero no la abrió, lo cual el pelinegro notó, pero no mencionó nada al respecto.

Al llegar al departamento de Nam pidieron pizza y habían comprado más cosas para pasar su tarde viendo películas; su departamento tenía un aire nuevamente triste, al ingresar Jin abrió las cortinas que cubrían los ventanales, la luz de la tarde inundaba por completo la casa, se introdujo a la habitación donde hizo lo mismo, al llegar a la cocina tomo el florero de cristal que había comprado la vez en que había estado en su departamento y puso las flores que le había dado. Nam lo observaba ir de un lado a otro haciendo, quitando y poniendo cosas por todo el lugar, lo estaba llenando de él, de su esencia y eso le encantaba, mientras el pelinegro se dedicaba a su tarea, éste abrió la bolsa que le había dado, dentro, se encontraba un peluche del personaje de Koya, un lindo koala color azul, al moreno le gustaba mucho, pero no recordaba haberle dicho alguna vez sobre ello, tomando al peluche entre sus brazos se acercó al chico que se encontraba nuevamente en la habitación y lo abrazó por detrás sorprendiéndolo.

-Gracias... -el moreno colocaba su cabeza entre el cuello de Jin aspirando su suave aroma. El pelinegro se había percatado que había abierto la bolsa.

-No hay de que... ¿Te gustó?

-Me encanta... -lo estrechaba con más fuerza entre sus brazos. Jin se removió en ellos sin soltar el amarre de estos, quedando frente a Nam.

-Él te cuidara cuando yo no esté... así como RJ me cuida cuando tú no estás -lo miraba con una inocencia en el rostro, mientras movía unos mechones de cabello que caían sobre el rostro de Nam.

-Un día me vas a matar de tanta ternura... -se acercó a sus labios y lo beso suavemente, cuando el timbre sonó, haciendo una mueca ante la insistencia en la que era tocado, el pelinegro en sus brazos sonrió, soltándolo se acercó a la puerta.

Habían montado sobre el suelo de la recamara un improvisado nicho con unas colchonetas que Jin había encontrado en el otro cuarto, había colocado encima una colcha y llenaron de cojines y las almohadas para estar más cómodos, se cambiaron, comieron y pasaron su tiempo charlando y viendo películas, Nam no se había percatado en que momento Jin se había quedado dormido, lo tomo entre sus brazos y lo subió a la cama, le coloco la almohada y lo cubrió con las sabanas, había sido su primera batalla, era entendible que estuviera tan cansado. Su celular se encontraba sobre el buro, pese a que estaba en silencio se podía escuchar la vibración el dispositivo sobre la madera, tomando el celular salió de la habitación.

-Mañana puedes pasar por las escrituras con mi asesor -la voz del chico al otro lado no mostraba emoción alguna.

-Me sorprende que me llames para eso... pero gracias, es increíble la rapidez con la que solucionaste esto -Nam se ponía una mano sobre el rostro, había olvidado completamente darle a Jin la sorpresa que le había prometido. Regreso su vista hacia la habitación la cual tenía la puerta abierta y podía verlo dormir plácidamente con sus labios ligeramente abiertos.

- ¿Ya le disté la sorpresa?, porque no moví mis influencias para que no lo hayas hecho -había cierto reproche en su voz.

-No lo hice -su voz sonaba cansada-, se la paso hablando de otras cosas, no podía darme el lujo de interrumpir su emocionante día, pero qué diablos te tengo que dar explicaciones a ti.

-Tampoco te las estoy pidiendo, te pondré en contacto con el arquitecto, agende una cita con él para el día de mañana, fue el que diseño mi casa, le daré la tarde libre a Jin para que puedan ir a verlo juntos.

-Gracias... -no le agradaba decir esas palabras, pero el castaño se estaba mostrando muy cooperativo para con ellos.

-No tienes que decirlo. -sin más palabras colgó, no había duda que Min Yoongi era demasiado engreído, pero había facilitado todo.

Regresó a la habitación y se sentó en la orilla de la cama, pasaban de las 11 de la noche, paso ligeramente las yemas de sus dedos sobre el rostro del mayor, el cual sintió el ligero rose y entreabrió sus ojos, desperezándose se sentó sobre la cama mientras sonreía tontamente al chico frente suyo.

-Joonie... perdóname me quede dormido... -su voz ronca aunado a su rostro adormilado le hacían lucir demasiado lindo, Nam colocó la palma de su mano sobre su rostro y lo miraba dulcemente.

-Claro que no, estás cansado, discúlpame a mí, no era mi intención despertarte, deberías volver a dormir...

-No, hasta que tú te duermas también... -el pelinegro frotaba sus ojos.

-Jinnie... -había tomado un sobre que tenía en uno de los cajones del buro-, esta tarde te había comentado que te tenía una sorpresa, pero al estar contigo lo había olvidado completamente, toma -le extendió el sobre, el cual el pelinegro abrió.

-Joonie... -miraba los papeles, eran sobre la compra venta que había hecho Nam a nombre de los dos, le había comprado una gran extensión de terreno a Yoongi en el mismo lugar al que habían ido el fin de semana-, esto... -se encontraba sin palabras-, yo...

- ¿Te gusta...? -sus palabras sonaron con cierta preocupación.

-Si... es solo que... -Jin lo miraba anonadado, todo era demasiado rápido, prácticamente había sido de un día para otro-. Pensé que esto tomaría más tiempo... -Nam dio un suspiro aliviado, por un momento pensó en que esto no era de su agrado.

-Realmente toma más tiempo del que te puedes imaginar, pero he de admitir que Yoongi tiene demasiadas conexiones, esto fue algo entre los dos, pero él hizo que todo esto fuera más rápido de lo normal.

-Vaya... estoy sin palabras, pero me gusta la idea de que tenemos algo en un lugar tan bonito...

-Y ahí no termina..., mañana visitaremos a un arquitecto, así que pasare por ti por la tarde -le dio un beso en la mejilla.

-Tengo que hablarlo con Yoongi primero... -el pelinegro mostraba cierta preocupación.

-No es necesario amor, ya tengo su permiso -le guiñaba un ojo y una sonrisa se ensanchaba en su rostro mostrando sus hoyuelos, los cuales el chico beso dulcemente.

-Gracias por todo... -se acercó a él abrazándolo por el torso y ocultando su rostro sobre su pecho.

(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora