(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•

CAPÍTULO 48

🚫🔞⚠️Advertencia: Este capítulo contiene contenido explícito⚠️🔞🚫

La habitación se encontraba completamente iluminada, el sol estaba en lo alto y sus rayos entraban por una puerta corrediza que daba hacia un balcón, la suave brisa ingresaba en la habitación haciendo ondear la cortina, un chico dormía tranquilamente en la cama, como hace tanto no lo hacía. Pasados los minutos comenzó a abrir sus ojos, se sentía cansado, pero había cierta tranquilidad en su pecho, sentándose en la cama comenzó a buscar a Nam con sus ojos y al no encontrarlo se angustió, estaba a punto de salir de la cama cuando la puerta de la habitación se abrió, y un chico recién bañado ingresaba en ella.

-¿Estas bien amor, paso algo? -se había preocupado al ver su rostro crispado y con las lágrimas apuntó de desbordarse por sus ojos.

-Creí que estaba en un sueño -se echó a llorar en sus brazos-, que había despertado y al no verte creí que... -las lágrimas y sollozos no lo dejaron continuar.

-Todo está bien amor, estoy aquí... tan real como tú -besó su mejilla dulcemente y rozó sus labios, esa sensación, lleno a Jin, el aroma del moreno lo embriaga por completo.

Después de convencerlo de ducharse salieron de la casa a un supermercado, Nam había hurgado por la casa y vio que no tenía despensa, sometiéndolo a un interrogatorio sobre su alimentación, en la que el pelinegro tuvo que confesar que hacía mucho tiempo ya no cocinaba y solo compraba comida.

La presencia de ambos en el supermercado no pasó desapercibida, ambos eran atractivos, pero no perdían el tiempo y se besaban de vez en cuando, siempre yendo de la mano, sonriéndose tímidos.

Al llegar a la casa Jin cocinó, quería hacerlo para su esposo, se tomó su tiempo, aunque el también ya estaba hambriento, preparó un sinnúmero de platillos, que ambos disfrutaron, se deleitó al ver a Nam comer todo, parecía como si hace tiempo no lo hiciera.

-Extrañaba tu comida... eres un excelente cocinero amor.

-No lo soy, hago lo que puedo, pero me encanta verte disfrutar de mi comida.

-Amor... ¿te gustaría que fuéramos a nuestro nuevo hogar? -lo miraba con atención pese a que seguía engullendo comida en su boca-. Nunca me has dicho cómo quedó.

-Porque no la he visto.

-¿Por qué? -centro su atención totalmente en Jin.

-Joonie tú lo dijiste, es nuestro hogar, y no quería verla solo, no soportaría estar ahí dentro, cuando siempre me imaginé estando ahí contigo. Pero no te preocupes la casa está en buenas condiciones, hay una persona que hace la limpieza y mantiene cuidado el jardín.

-Entonces... ¿Qué te parece si vamos allá y nos quedamos hasta el fin de semana?

-Ya falté hoy a la universidad...

-Había olvidado lo responsable que eres... -lo miro con cierta desilusión.

-Joonie... -su voz era serena-, está bien, de todas maneras, quiero estar todo el tiempo contigo.

-¿No te vas a arrepentir?

-No, es justo que pase tiempo con mi esposo. -Ambos se sonrieron, esposos, era una palabra que no estaban acostumbrados a utilizar, pero era cierto y sus argollas era un símbolo de esa unión.

Nam había solicitado que le llevaran un auto a la casa de Jin, los chicos abordaron una vez llegó y se pusieron en marcha, Jin conducía, iban algo nerviosos, sentían la emoción y la intriga por conocer ese lugar. Al arribar Nam quedo impresionado, la casa tenía un hermoso jardín delantero lleno de flores, con los mismos tipos de flores que le había enviado durante todo ese tiempo, y un camino de graba daba hacia la puerta de la casa, los ventanales daban un panorama de su interior, de la mano se encaminaron hacia la entrada.