CAPÍTULO 22

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Se escuchaba el sonido de un despertador, los chicos aun dormidos pareciera que no escuchaban la alarma insistente que no paraba de sonar. Pese a que ya eran las nueve de la mañana, afuera el cielo estaba nublado, las nubes negras pintaban el cielo anunciando la lluvia que no tardaba en dejarse caer sobre la ciudad, el clima era frio y húmedo, fueron los rastros que había dejado la lluvia del día anterior, Nam se removía en la cama envolviendo con su cuerpo a Jin que en su inconciencia se dejaba envolver por el chico. El cansancio y las emociones los habían desgastado.


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Era cerca del mediodía, cuando Nam comenzó a despertar, a través del ventanal del cuarto se veía la fuerte lluvia que caía, entrecerraba sus ojos y pensaba en como la lluvia había arruinado por completo su plan, tenía que idear algo diferente antes de que el chico que seguía plácidamente dormido a su lado despertara. Paso un largo rato cuando el pelinegro comenzó a despertar, era algo bastante tarde, lo había dejado levantar hasta la hora que él quisiera, pasaba de la una de la tarde cuando comenzó a abrir sus ojos, se encontraba envuelto en los brazos del moreno, su cabeza se encontraba recostada sobre su pecho, dando un fuerte suspiro, aspiró su aroma.

- ¿Ya despertó mi bello durmiente? –tomando su barbilla le dio un suave beso en los labios del todavía somnoliento chico.

Jin por su parte volvía a acurrucarse sobre el pecho del moreno, abrazándolo por el torso, este solo sonreía como éste volvía a retomar su sueño.

-Jinnie.... –el chico no pronunciaba palabra alguna solo reforzaba el agarre de su abrazo-, Jinnie... es hora de levantarse –acariciaba su cabeza con una mano mientras con la otra intentaba hacerle cosquillas para levantarlo, aunque el pelinegro no tenía ánimos, no pudo ocultar su risa.

-Espera... no... jajajajajaja Nam por favor.... Jajajajaja –el chico reía fuertemente.

-Me encanta verte sonreír –tomándolo por sorpresa le dio un beso suave, poniéndolo totalmente rojo-, pero me encanta más cuando te pones tímido.

Nam tomo por la cintura a Jin atrayéndolo hacia sí, profundizando su beso, ambos quedaron sin aliento, el chico estaba totalmente rojo mientras el moreno lo miraba con una sonrisa coqueta en los labios.

-Vamos a preparar algo para desayunar, tengo mucha hambre –el moreno le hacía caritas para hacerlo sonreír.

-Nam yo... no...

-Vamos, o terminaré comiéndote a ti... -había interrumpido las palabras de Jin, tomándolo de la cintura le beso de manera apasionada, mientras se colocaba encima de éste presionándolo sobre la cama, el pelinegro estaba sorprendido pero la intensidad del beso nublo su juicio abriendo levemente su boca permitiendo a Nam ir más allá de lo que antes se habían permitido, la falta de aire los hizo separarse en un intento de recobrar el aliento, solo bastaron unos cuantos segundos para que saliera rápidamente de la cama, sin atreverse a mirarlo, salió corriendo de la habitación.

-Será mejor que prepare algo... -decía mientras iba bajando las escaleras.

Nam por su parte lo miraba desde la cama con una sonrisa traviesa, ese acto después de todo no había sido una buena idea, si no se hubiera logrado controlar y si ambos se hubieran dejado llevar por el deseo, hubieran cruzado una línea que ambos no se animaban a sobrepasar. El chico dejo pasar el tiempo que consideró seria el necesario para que Jin lograra poner en orden sus sentidos antes de bajar.

El pelinegro se encontraba en la cocina, estaba preparando unos hot cakes, sobre la mesa ya había fruta picada y jugo, Nam se acercó a él por detrás y lo envolvió en sus brazos, el chico no tardo en ponerse totalmente rojo, mientras el chico de tez morena le daba pequeños besos en su mejilla, para luego ir a tomar lugar en la mesa, ambos chicos no dijeron nada, los corazones de ambos latían desesperadamente. Desayunaron juntos, el moreno trato con temas divertidos para calmar el nerviosismo de Jin, sin embargo, para éste probar la comida le hizo darse cuenta de lo hambriento que estaba, pero debido a sus emociones pareciera que había reprimido su hambre a propósito, para este verlo comer normalmente le daba más tranquilidad, y es que el chico solo había dado unos cuantos bocados el día anterior.

-Qué te parece si acondicionamos la sala con los cojines y unas colchas, vemos películas y hacemos palomitas para acompañar –Jin lo miraba de manera extrañada.

-Creía que quería ir a algún lugar –el chico lo miraba con cierta curiosidad.

-Sí, pero está lloviendo muy fuerte, no creo que sea apropiado –desde que Nam había despertado la incesante lluvia no se había detenido.

-Está bien, me gusta la idea, después podemos comer pizza... tengo antojo de pizza –el chico no se había percatado para nada de la tormenta afuera, pero no le importó, realmente no se sentía con el ánimo de salir, pero le había prometido a Nam que fuera a donde quisiera llevarle iría al siguiente día con él, sin embargo, la cara de Jin se iluminó al pensar en la pizza, era como si su cuerpo le estuviera pidiendo toda la comida que en días anteriores no había consumido.

Ambos chicos se asearon y se colocaron ropa cómoda, realmente el clima era fresco, colocaron sobre el suelo de la sala colchonetas y encima una colcha y cojines, ambos se acomodaron y se taparon con sabanas mientras veían películas, por la tarde preparó unos bocadillos mientras esperaban la llegada de la pizza, la cual el chico estaba muy insistente por comer, parecía que Jin ya se encontraba mejor. Cerca de las 7 de la tarde la lluvia afuera se había calmado un poco, mostrando una leve llovizna.

-Jinnie... ¿Te gustaría dar un paseo? –el chico lo miraba con cierta excitación en el rostro.

-No lo sé Joonie, aún sigue lloviendo... -el chico dudaba un poco, debía admitir que le gustaba estar ahí en su acomodado nicho al lado de Nam.

Nam se levantó, paso un considerable rato cuando bajo con unos impermeables amarillos. Se arrodillo a su lado y le extendió el impermeable.

-Vamos Jinnie, hay que aprovechar ahorita que está más tranquilo –el chico dudo un momento, pero se puso de pie.

Ambos se colocaron los impermeables y salieron de la casa tomados de la mano, Jin no comprendía que era lo que Nam trataba de hacer o cual era la finalidad de ese paseo. Poco a poco comenzaron a caminar por la calle que se encontraba vacía, la suave brisa y las gotas frías le hicieron recordar al chico su feliz infancia. En los días de lluvia su abuela se sentaba en el pórtico de la casa y veía como su jardín era regado por la naturaleza mientras el pelinegro corría por todo el patio mojado, sintiendo las gotas frías caer sobre su piel, esos recuerdos y sensaciones le hicieron comenzar a correr y el moreno comenzó a perseguirlo, era como si ambos hubieran encontrado al niño interior, a esos pequeños que brincaban en charcos y corrían bajo la lluvia. Poco a poco las risas disiparon el silencio, mientras ambos chicos se divertían corriendo de un lado a otro.

(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora