(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•

CAPÍTULO 40

Esa noche Jin lloraba, Nam se iría, pero saber que ya no estaría con él le partía el alma, se encontraba encerrado en su habitación hecho un ovillo en la cama, mientras el moreno se encontraba afuera de la habitación.

-Jinnie... yo..., por favor, abre la puerta, necesitamos hablar. -estaba desesperado, sentía el corazón desgarrado, le dolía verlo sufrir y que el fuera el causante lo hacía peor.

No recibió respuesta alguna durante unos minutos, los cuales sintió como si fueran horas, hasta que la puerta de la habitación se abrió levemente, y se encontró con unos ojos llenos de lágrimas y una tristeza profunda que le conmovieron enormemente, sintiéndose completamente culpable.

-Jinnie... perd... -el pelinegro se había echado a llorar en sus brazos de manera desconsolada, mientras él lo abrazaba fuertemente acariciando su pelo, no dijo nada durante unos minutos, lo dejo llorar abiertamente hasta que se tranquilizó un momento, Nam lo tomo por la barbilla y lo miro directamente a los ojos, en ellos se reflejaba a un pequeño desconsolado y tragando saliva contuvo las ganas de llorar con él- sé que no tengo perdón, porque no te había dicho nada, pero tampoco quería que te enteraras de esta manera...

-¿Entonces cuando pensabas decírmelo? -sus palabras sonaron con reproche pero no llevaban un sentimiento hiriente en ellas, su voz era apagada.

-Muchas veces quise hacerlo, pero tenía miedo... en verdad, yo... jamás haría algo que te hiciera daño, créeme por favor... -lo tomo de la mano y lo introdujo en la habitación, se acercó más a él y retuvo el impulso de abrazarlo-. Cuando hyung te hablo sobre tus padres y la empresa, comprendí que te estaba utilizando para introducirme en ella... -hizo una pausa en la que miro lo avergonzado-, fue muy cobarde de su parte ofrecerte ese lugar cuando te era completamente extraño, esa noche le llame e hice un trato con él, con tal de que te dejara en paz, estabas destrozado, fueron días duros en que sufriste un duelo tardío, lo mínimo que quería era que te dejara en paz. Acordamos que tomaría el control de la empresa hasta que terminaras la carrera y tuvieras un conocimiento más amplio sobre los negocios y así entre los dos pudiéramos manejar esto, estaba consciente que eso implicaría irme por un tiempo al extranjero debido a los grandes negocios que se tenían en puerta, al principio no se tenía contemplado cuando tendría que irme, creí que tal vez sería el próximo año, pero la entrada de Yoongi a nuestras vidas -volvió a hacer una pausa-, mejor dicho, cuando sus padres se volvieron socios activos, todos los negocios que teníamos a futuro se desarrollaron demasiado rápido..., puedo comprender si me odias en este momento.

-Joonie... -soltó su mano y se sentaron en la cama- no te odio... mírame por favor -tomo su rostro, el moreno no se atrevía a mirarlo directamente a los ojos-, no te voy a negar que me molestó enterarme de esta manera, hubiera preferido saberlo por ti, pero me duele más el saber que te iras y no me habías dicho nada al respecto...

-Lo sé, es mi culpa, pero..., yo tampoco quiero irme sin ti... -había tomado su mano y la besaba con devoción-, puedes venir conmigo...

-Joonie..., -con su mano libre acaricio su rostro- no puedo irme tan fácilmente... en unos días comienzo la universidad además estoy trabajando con Yoongi, también tengo responsabilidades que atender, ir contigo..., solo sería un estorbo, tu estarías ocupado todo el tiempo...

-Jinnie... -dio un pesado suspiro, tenía que aceptar que a pesar de ello no tendría el tiempo suficiente para estar con él-, no quiero estar sin ti, pero entiendo..., eres un chico responsable, pero sobre todo tienes razón, estaré sumergido en mil cosas, sería muy difícil brindarte tiempo de calidad y sería muy cruel de mi parte tenerte de esa manera a mi lado.

-Te amo, como no tienes idea Joonie... pero, así como me apoyas en todo y me alientas, yo también quiero ser un apoyo para ti... -las lágrimas comenzaban a asomarse en los ojos de Nam-, vamos a superar todo esto, la distancia no tiene por qué afectarnos -acuno la mano del moreno sobre su rostro.