CAPÍTULO 23

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Nam iba llegando a su departamento después de varios días en los que había permanecido en la casa de Jin, dentro ya había alguien esperándole.

-Hola Joonie –el hombre sentado en el sillón lo saluda enérgicamente.

-Creía que respetarías la privacidad de mi casa, era parte del acuerdo cuando comencé a vivir solo... -sus palabras mostraban la amargura que le provocaba la presencia del mayor.

-Lo sé y entiendo estés molesto, pero desde tu última llamada no te has vuelto a comunicar, y claro si iba a la casa de ese chico te hubiera molestado, por eso tuve que venir a esperar pacientemente a que te dignaras a venir a tu casa. –se había puesto de pie y caminaba hacia el.

- ¿Y este quién es? –un chico de piel pálida y cabello castaño claro, un poco más bajo que él se encontraba parado frente al ventanal de la sala viendo la vista, el chico ni siquiera se inmuto cuando escucho las palabras de Nam al referirse a él.

-¡Ah cierto! Él es Min Yoon Gi, un chico bastante brillante que de ahora en adelante estará contigo –el joven seguía con su vista al frente, como si no le importara la escena dramática tras él.

- ¿Me piensas poner niñera? –bufo fuertemente-, es lo último que esperaría de ti...

-Claro que no, el no será tu niñera, de hecho, es el hijo de uno de nuestros principales socios, deberías tener más cuidado con el lenguaje que utilizas para referirte a él.

Nam comenzó a reír fuertemente, no podía creer todo lo que estaba pasando.

-En verdad que eres algo...

-No te preocupes, a mí tampoco me interesa estar con una persona tan.... – contestaba el desconocido dejando sus palabras al aire y mostro una sonrisa irónica en su rostro, cosa que le molesto a sobre manera al moreno quien se puso de pie, pero Shi Hoon lo detuvo-, me voy, me cansan las escenas dramáticas. –Tomando su mochila que estaba en un sillón se dispuso a salir del departamento.

-Yoongi... te recuerdo que debes presentarte mañana... -decía el mayor.

-Claro si... mañana... -no se detuvo y salió del departamento sin decir nada más.

-Nam Joon, este chico es mayor que tú, debes mostrar un poco de respeto, además de que sus padres son nuestros socios más importantes –el moreno solo rodo sus ojos sin decir palabra alguna.

Al salir del departamento de Nam Joon, Yoongi comenzó a caminar por las calles llevaba puestos unos audífonos, realmente le molestaba tener que conocer a los hijos de los socios de sus padres, sin embargo, siempre se le había inculcado a tener cierta cortesía con ellos, pero era evidente que con Nam Joon no sería fácil. La primera impresión que tuvo de el le daba a entender que era un completo idiota, no entendía como se hablaba de él como un prodigio, mientras pensaba en eso una sonrisa se dibujó en su rostro.



Jin se encontraba caminando rumbo a la parada del autobús, había terminado sus trámites para matricularse en la universidad; los días pasado habían sido muy difíciles y aun no se atrevía a hablar del tema con Nam Joon, y éste tampoco hacía por mencionar palabra sobre la oferta que le había dado Park Shi Hoon. Iba sumergido en sus pensamientos, que no se había percatado que cuando iba cruzando la calle el semáforo había cambiado a siga. Alguien tras él lo jalo precipitadamente provocando que este cayera, viendo ante sus ojos cruzar una motocicleta que iba a alta velocidad, tardo unos segundos en reaccionar, un chico a su lado lo jalaba del brazo para ponerlo de pie mientras este aun aturdido se dejaba hacer. Llegaron al otro extremo de la calle cuando el chico que le había salvado la vida rompió el silencio.

- ¿Acaso estás loco? ¿No viste cuando cambio el semáforo? –Jin parecía no escucharlo- ¡Hey te estoy hablando! ¿Acaso eres sordo? –el extraño se encontraba molesto a sobremanera.

-No... es solo que... perdón... -el pelinegro cambio su semblante completamente mostrando un rostro triste, realmente pudo haber sufrido un accidente si el chico frente a él no lo hubiera salvado.

-En verdad que eres tonto... -el castaño se disponía a seguir su camino, pero algo lo detuvo regresando su mirada a Jin-, más te vale que tengas cuidado por donde vas –siguió caminando, cuando el pelinegro se colocó frente suyo.

-Déjame agradecerte por favor –decía tímidamente.

-No es necesario, no lo hice con ese afán... -comenzó a caminar nuevamente, siendo tomado por su brazo, el castaño regresó a ver la mano que sostenía su brazo, detestaba que lo tocaran así, sin embargo, el tacto con la piel del pelinegro no le inmuto, cosa que le pareció extraña.

- ¿Por qué tanto interés en agradecerme? –el castaño seguía mirando el agarre de su brazo.

-Bueno, siendo sincero, me salvaste la vida, si no hubiera sido por ti, no puedo imaginar que hubiera pasado –el castaño lo miraba ahora detenidamente poniendo algo nervioso a Jin, cosa que provocó en él una tonalidad rojiza en sus mejillas-. ¿Y cómo piensas hacerlo? –el rostro del pelinegro se iluminó ante la pregunta.

- ¿Te parece bien si te invito a comer? –una enorme sonrisa se había dibujado en su rostro, para el castaño el comportamiento de ese chico era algo que llamaba su atención.

-Está bien, ¿Por qué no? -Jin lo tomo del brazo, conduciéndolo a quien sabe dónde, mientras el castaño de lo más extrañado se dejaba guiar, el comportamiento del pelinegro era como el de personas que se conocen desde hace tiempo, siendo que era la primera vez que se veían.

- ¿Cómo qué tipo de comida te gusta? Hay muchos restaurantes por aquí, por cierto, mi nombre es Seok Jin.

-Yoongi... –fue todo lo que dijo mientras el pelinegro no paraba de hablar y éste comenzaba a sofocarse ante tanta palabrería.

Pese a lo que Yoongi podría imaginar su compañía fue mejor de lo que esperaba. Estaba acostumbrado a tratar con personas a la que llamaban de su mismo estatus social, ser un heredero de empresas que manejaban grandes negocios le había hecho ser una persona demasiado cerrada. Por lo general las personas a su rededor se acercaban a él con alguna finalidad oculta, y ahora se encontraba en un pequeño restaurante comiendo cosas que nunca había probado y que pese a lo que había imaginado la comida era más sabrosa de lo que esperaba, además de que Jin no paraba de hablar sobre comida y éste solo se limitaba a escuchar, cosa que realmente agradeció, por lo general en su círculo social siempre esperaban a que él tomara la iniciativa para entablar una conversación, situación que odiaba a sobre manera. Cuando terminaron de comer y cruzar unas cuantas palabras más, salieron del restaurante.

- ¿Te gustaría comer un helado? –mencionaba el pelinegro.

- ¿No crees que ya comimos demasiado? –el castaño no daba crédito a que el chico frente suyo quisiera todavía tener algo más para comer.

-Nos hizo falta el postre –decía mientras una sonrisa se ensanchaba en su rostro.

(¨*•. Encuentro.•*¨) [NamJin] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora